Quince días después de su asesinato y de un largo traslado desde Guayaquil (Ecuador) hasta Cúcuta, familiares y amigos le dieron el último adiós a Jasbleidy Yuviana Fuentes Jiménez, de 25 años, en el Parque Cementerio La Esperanza.
Ayer en la mañana, su cuerpo llegó a la funeraria de la ciudad y a las 4:00 p.m. fue sepultada. Con ella se fue el sueño de que su hijo, de 5 años, tuviera pronto una vivienda, y quien fue su principal motor para mantenerse en la ciudad ecuatoriana durante dos años.
“Es un crimen atroz”, con esta frase María Otilia Jiménez describió a La Opinión lo que le sucedió a su hija, asesinada de varias puñaladas el pasado lunes 9 de junio. La señora expresó su dolor e impotencia, pero también las ganas de no descansar hasta que se haga justicia.
“Lo que pido a Ecuador es que se haga justicia, porque mi hija me la asesinaron en su hogar. Fue alguien que ella conocía, a la que ella le tenía confianza. Creo que no es muy difícil investigar con los vecinos, con los amigos, quién estuvo en el momento de los hechos, quién es el culpable”, expresó Jiménez.
La familiar de la víctima también pidió a la Cancillería de Colombia atender su caso, porque hasta el momento, se ha sentido sola en la búsqueda de la verdad.
Presumen de su amiga
Los padres, hermanos y demás familiares de la víctima sospechan de quién puede estar detrás de su muerte. Creen que una mujer llamada Yuli, a quien conocen como ‘Yulita’, podría presuntamente ser la autora del crimen, porque una vez que se conoció el homicidio, ella y su pareja se fueron del sector Colinas de Sol de la ciudadela Florida Norte, en donde también habitaba Jasbleidy.
“Mi hija ayudó a esa muchacha, es una venezolana. Dicen que ella le prestó plata a esa mujer, que la ayudó, le pagó arriendo, le compró ropa, porque llegó de Venezuela con el marido sin nada. Ese señalamiento la hace el que era el novio de mi hija. Es mucha coincidencia que ella se haya ido con su pareja del lugar”, dijo María Otilia Jiménez.
La madre de Jasbleidy, María Otilia Jiménez (sentada) pidió justicia y señala a una amiga como principal sospechosa del crimen. / Carlos Ramírez-La Opinión
Recordó que el viernes 6 de junio, tres días antes del asesinato, fue la última conversación con su hija, quien le comentó que tenía “tenía muchos problemas”.
“Me dijo: ‘me están extorsionando, me están pidiendo dinero, me están amenazando’. En medio de mi desesperación respondí: ‘mi amor, ¿por qué no se viene ya, y la pasa con su hijo? Evite problemas, no quiero que esté más por allá’. Ella me respondió: ‘no, mamá, yo no me puedo ir, porque necesito un dinero para para terminar de hacer mi casa’”, contó Jiménez.
Pero la cucuteña nunca le dijo exactamente quién estaba detrás de las intimidaciones, quien lloró sin consuelo esa vez.
“Saqué adelante mis hijos sola, siempre fuimos muy cercanas. Solo vino dos veces a Colombia desde que se había residenciado en Ecuador. Era una niña noble, buena persona. Mi hija está muerta por tratar de ayudar, de darle comer a personas que veía necesitadas. Supe que a esa muchacha, que es sospechosa del crimen, mi hija le prestó 400 dólares para el arriendo”, apuntó.
El hermano, Yoandry Jiménez, manifestó que viven atormentados, por no tener claro cómo mataron a Jasbleidy y que no haya implicados capturados. Afirmó que su hermana compartía mucho tiempo con ‘Yulita’ y que, al conocerse lo ocurrido, ella cambió su foto de perfil en las redes sociales y las cuentas las puso privadas.
“Al parecer, al saber que mi hermana tenía una cantidad de dinero ahorrado para para su casa, la maldad la corrompió y atentó contra la vida de ella. Nos dicen que esa chica se llevó muchas cosas de ella: ropa, zapatos, dinero, hasta juguetes que tenía guardado mi hermana para traérselos a su hijo”, resaltó Yoandry Jiménez.
Gestiones ante la justica
La progenitora precisó que está buscando la manera de que, en Ecuador, haya alguien que le ayude a mover el caso ante la justicia, pero le cobran 500 dólares, dinero con el que no cuenta, pues, tuvieron que hacer una colecta con la ayuda de la comunidad para recoger los $13 millones que costó el traslado de los restos hasta Norte de Santander.
“Tengo que mirar cómo levanto ese dinero, para empezar la investigación con el abogado y se acelere el caso. Me dice que no me preocupe, que todas las pruebas las tiene la Fiscalía para ver si ella fue de pronto drogada, la durmieron, porque hay muchas inconsistencias en el hecho”, concluyó María Otilia Jiménez.