La noche del pasado viernes se tiñó de sangre. Solo pasó una hora desde que las autoridades fueron alertadas de que un hombre había sido baleado dentro de su residencia en el Asentamiento Humano el Talento, cuando ya estaban siendo notificadas de otro hecho de violencia en el barrio Motilones.

La tranquilidad con la que gozaban los residentes de este sector de la Comuna 7, específicamente en la calle 2 entre avenida 5 y 6, se vio interrumpida con la detonación de varios disparos.

A esa hora, en esta zona comercial se encontraban muchas personas que terminaron presenciando el terror que debieron pasar los pasajeros de un automóvil, tras ser atacados por un pistolero.

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A hurtadillas

El hecho se registró cuando el reloj marcaba las 8:06 de la noche. Un hombre identificado como José David Fernández Puchi se movilizaba junto con su pareja en el carro de placas AB133VS, con rumbo hacia un establecimiento de comida ubicado en este sector de la comuna 7.

Durante este trayecto, Fernández no se percató de que un hombre que se movilizaba en una motocicleta GN color azul y de placa colombiana, lo siguió sigilosamente hasta el negocio.

Como el restaurante para el que iba el hombre junto con su esposa estaba cerrado, el pistolero interceptó a Fernández Puchi, desenfundó su arma y comenzó a dispararle.

Los balazos se escucharon por todo el vecindario. Quienes presenciaron la escena corrieron a refugiarse por miedo a ser víctimas de una bala perdida o represalias en su contra. Sin embargo, la esposa de José David no contó con la misma suerte y vio como al sicario no le bastó con dispararle a su esposo desde la moto, sino que se bajó y, a una distancia aún más corta, siguió impactándolo.

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Cumplido su cometido, el agresor huyó en la moto tomando por la calle 2 hacia la avenida  5 de Motilones.

Los gritos de auxilio por parte de la pareja sentimental del hombre no se hicieron esperar y bastaron para que el hombre fuera trasladado al Policlínico de Atalaya, donde llegó sin signos vitales debido a los siete tiros que recibió.

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Al lugar arribaron unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta tras ser alertados por la comunidad. Asimismo, la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) hizo presencia en el lugar y se encargó de la inspección de la escena del crimen, encontrándose con varias cámaras de seguridad que serán claves para identificar al pistolero.

Las únicas características que se conocerían hasta el momento del agresor apuntan a que sería un joven de entre 20 a 25 años, que vestía una pantaloneta blanca y un buzo color gris.

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Por su parte, las autoridades no tienen pistas claras sobre cuáles podrían ser los móviles del ataque sicarial. Solo tendrían conocimiento que José David Fernández Puchi, de 26 años, era un empresario venezolano que habría llegado hace poco a Cúcuta, procedente del vecino país, donde residía.

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