Al conocer la trágica noticia de la muerte de Diego Armando Rodallega González en la Penitenciaría de Cúcuta, a causa de una presunta riña en el patio 24B, los familiares no pudieron ocultar su frustración e indignación con lo sucedido, pues afirman que durante muchos meses el hombre estuvo pidiendo traslado o protección por supuestas amenazas, pero nunca se dio.
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Ahora, con el cuerpo sin vida de Diego Armando, de 32 años, los allegados exigen una indagación judicial de los hechos y una explicación concreta del por qué nunca fue priorizado para el traslado.
“Él me había comentado desde el año pasado, cuando lo visitaba, que estaba siendo amenazado y en algunas ocasiones temía por su vida. El personal de la cárcel, según escuché, rechazó el traslado, pero ahí está mi pregunta, si estaban las amenazas, los golpes y los roces entre otros presos, ¿por qué negárselo?”, afirmó un hermano.
Con más de 11 años en prisión -dijeron- Diego Rodallega fue trasladado en varias ocasiones a otras cárceles, por lo que sabía cuál era el procedimiento y las causales para ser admitido. “Estuvo primero en la cárcel de Bucaramanga, luego en el centro penitenciario en Palogordo y finalmente llegó a Cúcuta”, explicaron.
Entre la tristeza aseguran que si bien sabían que su hermano había tenido una vida delictiva y complicada no les parece justo lo sucedido.
“Es que no sé tampoco, de dónde sacan que estaba cumpliendo pena por el delito de acceso carnal violento, lo que sabíamos era que estaba por hurto y homicidio. Con ese tipo de acusaciones están manchando el apellido de él y de la familia”, sostuvo el hermano.
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Debido a la situación de desempleo, varios allegados tuvieron que irse de Cúcuta para trabajar en otras ciudades del país, sin embargo, enviaban alimentación y útiles de aseo, para velar por que Diego Armando tuviera las mínimas condiciones de vida. Cuando llegó la lamentable noticia, rápidamente viajaron a la capital nortesantandereana.