Llevar más de 10 años al servicio del Frente 33 de la disidencia de las Farc habría llevado a Mandinga a ser un nombre reconocido dentro de dicha organización al margen de la ley, al igual que desempeñar un rol clave en la financiación del grupo, pero también a ser perseguido por las autoridades, que lo agarraron en Ocaña, uno de los municipios donde solía delinquir.

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Los comerciantes de El Tarra, La Plata, Ábrego, Hacarí y Ocaña ahora respiran con un poco más de tranquilidad tras enterarse de la captura, pues el hombre era señalado por parte de las autoridades de cobrar extorsiones en estas zonas.

No discriminaba víctimas, empresas de transporte público también eran su objetivo, incluso campesinos. Su accionar delictivo incluso habría alcanzado el departamento del Cesar, pues información de las autoridades indica su actividad en el municipio Río de Oro.

La captura se dio en las últimas horas, en un operativo articulado entre el Ejército Nacional y la Policía de Norte de Santander, al ejecutar una orden judicial en su contra por los delitos de extorsión, concierto para delinquir y porte ilegal de armas de fuego. El sujeto fue dejado a disposición de la Fiscalía, que avanza el proceso judicial en su contra.

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