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Ramón Valdés: 37 años sin el vecino más querido de la televisión
El recordado Don Ramón de El Chavo del Ocho, sigue vivo en la memoria colectiva gracias a su carisma, espontaneidad y legado humorístico, que lo convirtieron en un ícono de la televisión latinoamericana.
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Colprensa
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Domingo, 10 de Agosto de 2025

El 9 de agosto de 2025 se conmemoraron 37 años desde la muerte de Ramón Valdés, el icónico actor mexicano que dio vida a uno de los personajes más queridos de la televisión: Don Ramón, en el exitoso programa El Chavo del Ocho.

Nacido el 2 de septiembre de 1924 en la Ciudad de México, Ramón Antonio Esteban Gómez Valdés Castillo formaba parte de una familia numerosa, con 12 hermanos, entre ellos Germán Valdés “Tin Tan” y Manuel “El Loco” Valdés, figuras destacadas del cine y la televisión. Aunque provenía de un entorno modesto, Ramón Valdés se ganó un lugar en el corazón del público gracias a su naturalidad para la comedia, su carisma y su autenticidad frente a las cámaras.

Carrera de Ramón Valdés

Su carrera comenzó en la época dorada del cine mexicano, participando en películas junto a grandes figuras como Pedro Infante, María Félix y Cantinflas. Sin embargo, su salto definitivo a la fama ocurrió en la década de 1970, cuando Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, lo invitó a formar parte de su elenco.


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Ahí en el icónico set nació el personaje de Don Ramón, el vecino bonachón, algo malhumorado, pero de buen corazón, que vivía en el número 72 de la vecindad y que siempre estaba lidiando con las regañinas de Doña Florinda y los cobros del Señor Barriga.

Don Ramón representaba al hombre común, trabajador, a veces desempleado, que buscaba salir adelante con ingenio y picardía. Su gorra azul, su camiseta negra y su bigote se convirtieron en elementos icónicos que aún hoy son recordados y recreados por fanáticos en todo el mundo.

Don Ramón fue mucho más allá de su país

El éxito del personaje no fue casualidad. Valdés no interpretaba a Don Ramón: él era Don Ramón. Muchos de sus diálogos y gestos surgían de forma improvisada, basados en su propia experiencia y en su espontáneo sentido del humor.

Frases como “Con permisito, dijo Monchito”, “Yo le voy al Necaxa” o “La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena” trascendieron la pantalla y se convirtieron en parte del lenguaje popular latinoamericano.

A pesar del éxito, Ramón Valdés dejó el programa en 1979 por diferencias creativas, aunque regresó brevemente años después. Posteriormente trabajó en otros proyectos junto a Carlos Villagrán (“Kiko”) y Rubén Aguirre (“El Profesor Jirafales”), pero ninguna producción logró igualar la popularidad que alcanzó en El Chavo del Ocho.

Enfermedad y lecho de muerte de Don Ramón

En sus últimos años, Valdés enfrentó una dura batalla contra el cáncer de estómago, enfermedad que, según allegados, fue consecuencia de su fuerte adicción al tabaco, ya que fumaba de manera constante incluso durante las grabaciones.

El 9 de agosto de 1988, Ramón Valdés falleció a los 63 años, dejando un profundo vacío entre sus compañeros y millones de admiradores. Sus restos descansan en el Panteón Mausoleos del Ángel, en la Ciudad de México.


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Con el paso de los años, su figura no solo se ha mantenido vigente, sino que sigue inspirando a las nuevas generaciones.

Videos, entrevistas y episodios del programa se siguen compartiendo masivamente en redes sociales, y nuevas generaciones lo descubren como si fuera un personaje actual. Las imitaciones, frases y memes que circulan en internet son prueba de que Don Ramón continúa vivo en la memoria colectiva.

Familiares y amigos lo recuerdan como un hombre sencillo, generoso y siempre dispuesto a bromear. Florinda Meza, Édgar Vivar y María Antonieta de las Nieves han hablado en múltiples ocasiones sobre su calidez humana y su sentido del humor inquebrantable, incluso en los momentos más difíciles. 

A 37 años de su partida, los fanáticos de El Chavo del Ocho lo recuerdan con nostalgia y gratitud. Don Ramón no solo fue un personaje de televisión: se convirtió en un símbolo de resiliencia, honestidad y picardía, que reflejó a la perfección el espíritu del pueblo latinoamericano.

Su gorra, su eterna deuda con el Señor Barriga y sus divertidos enredos con el Chavo seguirán arrancando sonrisas por muchas décadas más. Ramón Valdés, el vecino más querido de la televisión, demostró que la verdadera grandeza esta en la sencillez y la capacidad de hacer reir.


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