

Parece ser algo menor, pero lo que ocurre con la defectuosa iluminación del estadio General Santander ya comienza a ocasionar inconvenientes, que aunque tal vez sin importancia, pueden llegar a crecer hasta convertirse en situaciones complicadas.
Hace pocas semanas asistimos al espectáculo en el que parecía que un insistente portero del equipo de la visita quería pasársela de listo reclamándole al árbitro porque no podía ver bien las acciones de juego desde el arco que defendía.
Afortunadamente dos situaciones se unieron para que todo se solucionara. Primero, el paciente y educado comportamiento de los asistentes al estadio y la suficiente luz que las lámparas emitieron para que el terreno de juego pudiera verse sin problemas.
Estamos, entonces, ante un hecho de dejar acrecentar los problemas sin prestarles la oportuna y adecuada atención, que al final del día o del partido, hablando en términos futboleros, termina sacando tarjeta roja.
La capital de Norte de Santander, que se precia de tener una de las mejores aficiones del fútbol en Colombia, por lo menos debería tener un escenario deportivo perfectamente adecuado para esta clase de encuentros.
Aunque por el momento el doblemente glorioso Cúcuta Deportivo sigue en la B- de donde ya es justo y necesario que salga para que retorne y se consolide en la A- esta clase de hechos deben de superarse .
Es decir y es la pregunta que cualquier aficionado se pregunta: ¿Por qué dejaron deteriorar a tal extremo el sistema de iluminación? ¿Por qué no se hizo desde antes la inversión para modernizar, mejorar o arreglar las luminarias?
Por lo visto y de acuerdo con la respuesta del IMRD que en la actualidad está a cargo del ‘Coloso de Lleras’, por ahora no hay recursos presupuestales para nuevas luces en las torres del estadio.
Entonces, es indispensable tener las salidas más adecuadas para evitar que en un partido de estos termine el equipo contrario señalando a la tenue iluminación como una falta de garantías que llegue a poner en riesgo los puntos en el escritorio, en eventuales demandas.
Lo obvio es que se plantee que los partidos se jueguen a las 3:00 de la tarde o por lo menos a las 3:30 para que no haya riesgo de que caiga la noche y el espectáculo futbolístico se vea afectado.
Con una petición de esta naturaleza a los organizadores del fútbol colombiano para que se ayude a superar temporalmente este inconveniente mientras se adopten otras determinaciones.
Y vendrá entonces la otra acción, que es la definitiva, cual es la de un gran proyecto de modernización de la estructura del estadio General Santander para que cuente con todas las condiciones adecuadas, que debemos insistir (y eso será motivo de otro editorial) tiene que ir de la mano con un Cúcuta Deportivo que realmente sude y sienta la camiseta rojinegra.
Este escenario deportivo merece un mejoramiento en varios aspectos, para que incluso la ciudad tenga la opción de candidatizarse como sede de torneos continentales, que de lógica ayudarían a mover la economía y el turismo en la región.
Por lo tanto, esta inversión tiene mucho de lógica dentro del fortalecimiento de las alternativas con las que cuenta la ciudad para su desarrollo y crecimiento.
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