Las familias del barrio El Oasis son devotos a la Virgen del Carmen y al Sagrado Corazón de Jesús. Cada diciembre se reúnen para hacer natilla, buñuelos y hasta asados, que terminan en fiestas al ritmo de las canciones típicas de esa época.
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Este sector de la Comuna 8 colinda con los barrios Carlos Ramírez, Niña Ceci, Doña Nidia y El Desierto, en la ciudadela Juan Atalaya. Las personas que viven allí son pacíficas y se conocen entre sí. Se consideran una gran familia que se juntó hace 29 años, cuando invadieron.
La unión de las personas se muestra, según Alicia Rojas, habitante de este sector, en las colaboraciones que dan cuando algún residente de El Oasis se enferma o está pasando por una mala situación.
“Hay adultos mayores a los que muchos le hemos regalado comida durante años, no es una carga que se nos dificulte, porque Dios nos bendice con los alimentos”, señaló Alicia.
Un sector pequeño
Ese sector de la ciudadela Juan Atalaya tiene seis manzanas, convirtiéndose en uno de los sectores más pequeños de la Comuna 8.
Al lado de la cancha de fútbol, que fue entregada en 2017 por la Gobernación de Norte de Santander, hay un parque biosaludable, una gradería, un columpio y un sube y baja. Los estudiantes van a clases en los colegios de Niña Ceci y Doña Nidia.
El puesto de salud más cercano se encuentra en Niña Ceci, al igual que los supermercados, ‘cincomilazos’, almacenes de ropa y calzado, droguerías y ventas de comidas rápidas, donde la mayoría de los habitantes de El Oasis compran.
“La Loma de Bolívar y la Avenida Kennedy están a unos 10 minutos en moto y media hora a pie, por lo que a la gente se le facilita visitar el Monumento a la Batalla de Cúcuta o ir a los barrios más importantes de Atalaya”, dijo la mujer.
‘Les da miedo salir a la cancha’
Luis Alfonso Parra, líder comunal, denunció que el escenario deportivo, ubicado en la calle 4 con avenida 27, se ha convertido en los últimos meses en un lugar frecuentado por drogadictos.
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“En las graderías se sientan los consumidores a hacer de las suyas ¿Qué piensa una mamá al ver esa escena?, claramente no les dará permiso a sus hijos de jugar en la cancha. Les da miedo salir a la cancha”, explicó Parra.
Una parte de la malla de la cancha está rota, la comunidad pide que les reparen ese daño. Alexander Barrios, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de El Oasis, explicó que se espera que en los próximos meses se dé el arreglo.
Barrios añadió que en la cancha, tres veces a la semana, practican los estudiantes de una escuela de fútbol.
Un poco de historia
La historia recuerda que en 1993 varias familias de escasos recursos invadieron un lote. Se trataba de personas de escasos recursos que pagaban arriendo en diferentes sectores, al notar que podían ahorrarse ese dinero, decidieron invadir.
Así fue como las familias construyeron casas con tablas, láminas de zinc y cauchos o plásticos. En esos ‘cambuches’ las personas no tenían acueducto, alcantarillado o electricidad.
Vivir en El Oasis de hace 29 años era una tarea titánica, pues no tenían vías, sino trochas, que cuando llovía se convertían en un lodazal por el que era difícil transitar, debían conseguir el agua potable en otros sectores y traerla en baldes. Usaban lámparas de queroseno pata alumbrarse durante la noche.
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En 1996, según Luis Alfonso Parra, diferentes entidades pavimentaron las vías, instalaron los postes y los cables de energía, el alcantarillado y acueducto. En 2004 la Alcaldía de Cúcuta les otorgó a El Oasis el estatus de barrio.
Las tiendas, los emprendimientos
Los tenderos se han ganado el cariño de las personas del barrio. Su carisma los ha hecho merecedores de halagos y anécdotas de quienes llegan a las salas de las casas y hablan con los dueños de esos negocios, mientras compran.
Amelia Rojas es una de las tenderas de la calle 3 con avenida 27, a una cuadra de la cancha. Ella recuerda que desde su mostrador ha escuchado muchas historias de dinero.
El estado de las calles
La avenida 26 de El Oasis es el ‘dolor de cabeza’ de los conductores que diariamente transitan por allí. Y es que ese corredor vial no tiene pavimento, por lo que los huecos y las piedras le causan daños a los automotores.
El presidente de la JAC de ese sector de la Comuna 8 explicó que con la Secretaría de Infraestructura de Cúcuta se ultiman detalles para asfaltar esa avenida 26.
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