Creo que la segunda vuelta será entre Vargas Lleras e Iván Duque, con altas probabilidades de que el primero se lleve el premio mayor y el segundo, como lo dispone la ley, se haga a una curul en Senado y su fórmula en la Cámara. Vargas tiene una maquinaria que las encuestas no miden.
Pero, lo que no está claro, es que va a pasar en cuatro años.
Cuatro años pasan volando, especialmente en este país, que es un polvorín siempre a punto de estallar. Acá algunas cábalas para es momento.
Para el 2022, el señor Gustavo Petro tendrá más experiencia. Ya, para ese entonces, habrá sido alcalde o gobernador, y llegará recargado a las presidenciales de ese momento.
El desencanto de la ciudadanía con la clase dirigente, a quienes con razón a veces igualan con corrupción, y el discurso anticlases, y de gusto popular de Petro, lo harán un candidato imbatible dentro de un cuatrienio. Los jóvenes de hoy, seguirán siendo jóvenes dentro de cuatro años, y votarán masivamente por el exalcalde.
Los candidatos que pierdan la actual contienda, De La Calle, Fajardo, etc., serán alcaldes o gobernadores, pero ese será su final político. Quizá, algunos, aspiren a ser senadores en 4 años.
La Alcaldía de Bogotá tendrá una muy fuerte disputa. Habrá, al menos, 5 candidatos de peso: David Luna, y uno de los Galán. Estarán Claudia López, eventualmente Petro y Navarro. Y habrá un uribista de pura cepa, que creo se será Pacho Santos. Creo que será la señora Claudia López la burgomaestre de la capital.
El proceso de paz, para el 2020, no será sino un recuerdo. Las Farc, como grupo armado, mutará a ser muchos grupos armados, con capacidad de daño más o menos importante. Algunos dirigentes de ese grupo quedarán en la legalidad. Quizá Timo, y otro par. El resto serán fagocitados por el sistema burocrático y, desencantados y dolidos, volverán al monte pero despojados de cualquier ideología. ¡A traquetear se dijo!
Lo anterior, sumado al mar de coca que inunda este país, producto del dólar caro y las no fumigaciones, serán la receta perfecta para que, en cuatro o cinco años, tengamos problemas muy significativos en el ámbito diplomático: es muy posible que se vuelvan a “narcotizar” las relaciones internacionales, y regresen las antipáticas visas.
En cuatro años es muy probable que Colombia tenga una clara y definida tendencia de izquierda, quizá mayoritaria. Los vientos que han soplado, y aún soplan, en América Latina llegarán por estos lados. Es inevitable.
Doy por descontado que Maduro no estará mucho más tiempo, pero eso no importa. México, con López Obrador, mantendrá vivos los aires de izquierda en la región.
Para el 2022 el metro de Bogotá y el túnel de la línea, seguirán siendo patrimonio cultural e inmaterial de nuestro país.