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Alcaldía, policía e irresponsabilidad
Las ciudades que buscan una mejor salud física y mental para sus habitantes consideran los espacios públicos.
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Jueves, 21 de Enero de 2016

Una característica de las ciudades que buscan una mejor salud física y mental para sus habitantes son los espacios públicos, las zonas verdes y, cada vez más, las ciclovías, las cuales requieren y merecen una organización responsable.

El pasado lunes festivo 11 de enero, se supone que había ciclovía en El Malecón a partir de las 6 y 30 de la mañana porque ha sido costumbre y ya había ciclistas y  personas trotando, igual que los domingos.

Empezamos a trotar pero notando que transitaban aún vehículos y motos por la vía que debería estar cerrada, algunos iban a alta velocidad con peligro de un accidente.

Después de un rato vimos que la autoridad policiva bloqueó la entrada de vehículos y motos a la altura del antiguo Das, es decir, para impedir el acceso de los vehículos que vienen de Los Patios hacia Cúcuta, pero no bloqueó los demás accesos laterales de vehículos a la ciclovía.

Por lo tanto los vehículos que entraban a la ciclovía a la altura de los barrios Blanco o Caobos o Colsag, creían que no había ciclovía y pensaban que los invasores de la vía eran los trotadores y ciclistas quienes subían y bajaban  pensando lo contrario.  Caos.

Había dos patrulleros frente al antiguo Das, jóvenes de 18 o 20 años, uno de ellos leyendo el periódico, e ignoraban lo que ocurría y al alertarlos sobre el peligro, el del periódico se limitó a decir que el alcalde supuestamente no había reglamentado si habría o no ciclovía los festivos (??) y sugirió que su tarea se limitaba a vigilar la valla de bloqueo. Y seguro era cierto y siguió leyendo el periódico que le facilitó el señor de las naranjas.

No se inmutaron los agentes. Otros patrulleros a lo largo de la vía se limitaban a mirar el paisaje o a tertuliar con los vendedores de frutas y pasteles. En la hora que estuvimos en el malecón la situación no varió.

Lo que los inocentes y pintorescos patrulleros no sabían, ni tendrían por qué saberlo, ni algunos de sus superiores en la policía o en la alcaldía, cuyo titular es el jefe de policía de la ciudad,  es que dicha confusión, derivada de la irresponsabilidad en el cumplimiento de algunas funciones públicas específicas, podría generar un grave accidente con diferentes formas de dolores físicos y morales y como consecuencia un proceso judicial contra la alcaldía y la policía, entidades que podrían responder en forma económica por un eventual daño en la salud de un deportista.

Ya sabemos, y cada día se habla de lo mismo, que gran parte de la responsabilidad del estado tiene su origen en la indolencia de algunas autoridades que no cumplen  sus funciones con responsabilidad y desconocen un tema tan elemental como el artículo segundo de la constitución política: “…Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades…”

O desconocen que esa posible responsabilidad económica institucional podría repetirse contra el funcionario de la alcaldía o de la policía, ya individualizado, que por una conducta gravemente culposa en el cumplimiento de una precisa función pública, diera lugar al potencial daño en la salud,  de la manera como lo señala la ley 678 de 2001.

Es importante que la alcaldía y la policía tomen cartas en el asunto.

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