Frente al incremento de casos de consumo de sustancias psicoactivas en Norte de Santander, el Instituto Departamental de Salud –IDS- adelanta acciones para contener este fenómeno, que se está presentando mayormente en adolescentes y adultos jóvenes. 

De acuerdo con registros del Sistema de Vigilancia Epidemiológica –Sivigila- entre el 16 de enero y seis de abril del presente año, se han registrado más de 400 casos, en consecuencia, el IDS reactivó desde el pasado mes de febrero el Comité de Reducción de Consumo de Sustancias Psicoactivas y de Control a la Oferta Ilícita de Droga, un ente normado mediante Decreto 000397 del 2016, que no se venía aplicando. 

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“Lo reactivamos con el fin de empezar a bajar esos indicadores”, dijo el director de salud, quien calificó la situación como “un fenómeno desafiante”, puesto que la tendencia es a que siga en aumento “por ende lo que se está pidiendo es una determinación colectiva clara para lograr un impacto realmente significativo en la reducción”.

El comité, liderado por el IDS, lo conforman también las secretarías de Educación, Cultura, Desarrollo Social, Gobierno, Secretaría de Salud y Educación Municipal de Cúcuta, Dirección Seccional del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Policía Metropolitana, Policía de Infancia y Adolescencia Metropolitana y Departamental, Policía Antinarcóticos, Instituto Departamental del Deportes, Procuraduría, representantes universitarios, entre otros.   

“La responsabilidad aquí es intersectorial. El objetivo primordial es la reducción y prevención de sustancias psicoactivas”, afirmó Álvarez. 

El consumo en Norte de Santander

Aunque se habla de un consumo generalizado, los registros oficiales indican que el consumo en Norte de Santander en el primer trimestre de 2024 ascendía a 419 casos, de los cuales el mayor consumo se registra en hombres, 347 (83%) con edades entre los 15 y 34 años.

Un aspecto que llamó la atención de las autoridades sanitarias tiene que ver con el incremento del consumo en el grupo etario de 35-48 años que, hasta antes del 16 de enero, era de menos de 50 casos y en la última actualización subió a 59. 

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En cuanto a las entidades con mayor consumo, Ocaña ocupa el primer lugar, superando en proporción a Cúcuta, Los Patios, Villa del Rosario, Lourdes, Puerto Santander, Toledo, Chinácota y Pamplona; mientras que las de menor incidencia son El Tarra, Sardinata y Tibú. 

La necesidad de aceptación social, el uso inadecuado del tiempo libre, los débiles mecanismos para afrontar crisis emocionales o depresivas, la poca adherencia de las estrategias de información, educación y comunicación, así como la falta de articulación de actores y sectores fuera de la salud son los factores de vulnerabilidad identificados en las personas que incurren en consumo, de acuerdo con la caracterización del Sivigila. 

“Ese consumo de droga trae unas implicaciones que se presentan en mediano y largo plazo, con la afectación de un proyecto de vida, con disfuncionalidad familiar, con estigmatización social, con aumentos de costo en el servicio de la salud porque no pasan por el sistema, sino que terminan pasando por el sistema privado, o lo hacen a través de terceros; eso aumenta los indicadores de morbilidad y de mortalidad”, explicó Álvarez al respecto. 

Frente a los indicadores, el director del IDS resaltó la necesita de aumentar los controles y vigilancia en los entornos escolares, pues esta población registra uno de los consumos más altos según el Sivigila, “necesitamos articulación en todas las atenciones intersectoriales que permitan el acceso al adolescente”, dijo. 

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Asimismo, otra prioridad es la definición de estrategias puntuales para llegar a personas con problemas de salud mental y que por sus dificultades de acceso al servicio terminan orientados al consumo de sustancias psicoactivas. 

 “Ya se han comenzado a implementar estrategias desde hace más de un mes, en el comité pasado, se están estableciendo políticas con los psicólogos del instituto, y con los de las demás dependencias intersectoriales que nos deben apoyar por norma”, aseguró Álvarez. 

Julián Toro, Subgerente del Hospital Mental Rudesindo Soto, dijo que como parte de las estrategias se recibió recientemente la primera unidad móvil de salud mental, la cual se está acondicionando para comenzar a hacer jornadas de atención en los municipios. 

El especialista también habló de las acciones que se vienen adelantando para dar a conocer las rutas de atención para los problemas de salud mental asociados al consumo de psicoactivos, pues el desconocimiento es una de las principales falencias. 

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