Por esa razón, los entes de control instaron a las diferentes entidades que tienen a su cargo la implementación de la Ley, para que redoblen los esfuerzos institucionales y presupuestales, con el fin de avanzar de forma contundente en la garantía de los derechos de esta población, pues destacaron que el 91% de las víctimas del conflicto armado está en situación de pobreza o vulnerabilidad.
Recursos para vivienda permanecen en cuentas
Por otra parte, la Contraloría reveló que hay un difícil acceso de la población víctima a vivienda urbana y dijo que entre 2012 y este año se han otorgado más de 107.000 subsidios de vivienda, quedando pendiente un universo de más de un millón de víctimas por hogar.
De la misma forma, alertó que desde el 2003 hay en cuentas de ahorro programado 21.408 subsidios de vivienda urbana, “teóricamente ya asignados, por $317.113 millones y en fiducias reposan $12.375 subsidios asignados por $527.855 millones”.
“Llama la atención que valiosos recursos para la atención de las viviendas de las víctimas permanecen en cuentas de ahorros y fiducias, mientras miles de personas claman por ese techo. Se necesita mayor ejecución en esta política pública y se hace urgente un llamado a la ejecución sectorial”, planteó el contralor general, Carlos Felipe Córdoba.
Violencia agudiza el panorama
Uno de los aspectos en los que más insistieron los entes de control y los representantes de las víctimas durante la presentación del informe, es en el recrudecimiento de la violencia en los diferentes territorios, pues esto afecta de forma considerable el avance de la implementación de la Ley.
Al respecto, recordaron que por cuenta del conflicto, la minería ilegal, el narcotráfico y las disputas por el territorio entre los grupos armados ilegales se duplicaron los desplazamientos masivos en 2021, en comparación con el mismo periodo de 2020.
La misma Unidad para la Victimas argumentó que más de un millón de afectados por la guerra que había mejorado su situación, sufrió nuevamente violaciones de derechos y terminó revictimizado.
Según se informó, las principales dinámicas que no permiten un avance progresivo para la reparación son los desplazamientos masivos, el narcotráfico y el reclutamiento forzado de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Así mismo, los contextos de inseguridad y la escasa credibilidad en los procesos ofrecen un panorama de tan solo el 57% de la población caracterizada.
Ayer, por primera vez, el informe de las Comisiones de Seguimiento y Monitoreo a la Ley de Víctimas contó con un estudio específico en materia de género que permitió evidenciar que más de la mitad de las víctimas del conflicto armado son mujeres afectadas de manera diferencial. En esa medida, la recomendación hecha al Gobierno es que la respuesta institucional debe adecuarse a sus necesidades.
De la misma forma, se hizo un llamado contundente para que el Gobierno disponga de una gama de programas y planes para atender la situación de todas las víctimas con orientación sexual e identidades de género diversas que huyen de la violencia por su condición.
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