Los retratos de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, a quienes el papa León XIV proclamará santos este domingo, cuelgan ya en la Basílica de San Pedro.
El arzobispo de Caracas, el cardenal Raúl Biord, y la postuladora de la causa de canonización del beato José Gregorio Hernández, Silvia Correale, entre otros, participan este viernes en la jornada «Testigos de la paz para un proceso de paz, el nuevo reto de los santos en Venezuela», donde abordan el papel de los próximos santos.
Silvia Correale, la postuladora en el proceso vaticano de la causa de canonización del que será el primer santo de Venezuela, el médico laico José Gregorio Hernández, explica en una entrevista con EFE que en sus largos años de trabajo nunca vio una devoción igual y asegura que es importante «para todo el pueblo venezolano».
La italo-argentina Correale, encargada también de llevar la causa de la que sera primera santa venezolana, canonizada este domingo por el papa León XIV, la madre Carmen Rendiles, destaca la importancia de que Venezuela tenga sus primeros santos ya que para los católicos «es verdaderamente una meta muy deseada» y «sobre todo por la figura de José Gregorio (1864 – 1919) que era ya venerable desde 1986».
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Correale desvela que incluso el ahora secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, que fue durante cuatro años nuncio en Venezuela, «decía que cada vez que lo invitaban a alguna celebración litúrgica o algún acto, o a visitar una parroquia, lo que fuera donde él iba, después que lo saludaban, le pedían la bendición y le preguntaban cuándo la Iglesia iba a canonizar a José Gregorio».
Y a pesar de varios retrasos, finalmente, añade, «el Señor ha querido este tiempo para que José Gregorio finalmente sea santo, aunque el pueblo de Dios ya lo consideraba, porque para cualquier persona venezolana ya era santo».
Historia de un retrato eterno
El tapiz de José Gregorio Hernández que se exhibirá en su canonización este domingo 19 de octubre en la fachada de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, junto a la monja caraqueña Carmen Rendiles, y otros cinco beatos, está basado en una fotografía de 1917 que se tomó en Nueva York, Estados Unidos.
La icónica fotografía se convirtió en una estampa por la cual el beato, nacido en Isnotú, Trujillo, es conocido en el imaginario popular. El llamado médico de los pobres decidió tomarse el retrato de pie, pues decía: “Yo no salgo bien sentado, será porque siempre estoy caminando”.
Un dato sobre el tapiz que apreciarán todos los peregrinos en la Plaza de San Pedro es que la sonrisa del beato fue ligeramente retocada a petición de Gerardino Barracchini, rector de la iglesia La Candelaria, en Caracas, con la intención de “hacerlo sentir más próximo a la gente”, según publicó el Santuario Nuestra Señora De La Candelaria, en Caracas, en su cuenta de Instagram.
De esta imagen, el doctor Hernández envió por correo tres copias a las personas más importantes de su vida: Santos Anibal Dominci, quien fue su amigo y compañero de estudios y profesión; Carmelina López de Ceballos, su amiga; y Cesar Hernández Cisneros, su hermano.
La primera copia enviada el 2 de octubre de 1917 para su confidente Dominici vino acompañada de una carta escrita por él, en la cual expresaba su nostalgia por el paso del tiempo.
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“Ya verás cómo la vejez camina a pasos rápidos hacia mí, pero me consuelo pensando que más allá está la muerte tan deseada. Toda esta filosofía, o, mejor dicho, toda esta melancolía, me la ha dado la vida de estudiante que llevo, agravada por la vista de la fotografía que te mando”, manifestó quien se convertirá en el primer laico santo del país.
La segunda copia fue el 6 de octubre de 1917 a su amiga Carmelina López de Ceballos. Allí, con un tono galante y con humor, José Gregorio le confesó a Carmelina que “sacarlo a luz fue un verdadero triunfo fotográfico, pues por dos veces se rompió la lente con el paso de tan deforme imagen”.
La tercera y última copia fue dirigida ese mismo día a su hermano Cesar Hernández Cisneros, a quien, asumiendo un rol paternal, le indicó que “retratarme y mandárselos, porque me parece que así no estoy tan separado de ustedes, cosa que me es tan dura y difícil de sobrellevar”.
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