El caso ocurrió el pasado domingo, 13 de julio, en el barrio Montecarmelo de Madrid. Cristian H. como fue identificado el expolicía colombiano, de 27 años, llegó al sector, como lo venía haciendo habitualmente, a entregar unos paquetes de la compañía virtual para la que trabaja.

Señalaron testigos que al llegar a una urbanización sobre la avenida Santuario de Valverde, el hombre se acercó a dos niñas de cuatro y ocho años que jugaban en los soportales (portería del lugar) y, para ganarse su confianza, les ofreció dulces y les pidió que le ayudaran a llevar unos paquetes que debía entregar allí. Finalmente, las menores acompañaron a Cristian hasta un ascensor y fue allí donde, al parecer, el colombiano las abusó.

El agresor fue descubierto minutos después por la madre de una de las niñas, quien al notar su ausencia –debían estar en la piscina– la empezó a buscar hasta encontrarla junto al hombre en el ascensor.

La mujer, visiblemente afectada, pero también con furia, comenzó a pedir ayuda y a agredir al colombiano, que salió huyendo de la urbanización. Vecinos intentaron detenerlo, hasta que un policía, que estaba de descanso, logró alcanzarlo.

De acuerdo con el diario El Mundo, agentes especializados del Grupo de Apoyo a la Familia y Mujer (GAC) y del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) procedieron a su captura. El hombre fue trasladado a una Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), donde permaneció detenido durante casi tres días antes de que una jueza ordenara su ingreso a una cárcel de manera provisional.

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La menores abusadas, por su parte, fueron atendidas de urgencia en un hospital y al igual que sus padres, reciben asistencia psicológica.

Lo que se sabe del colombiano señalado de abuso

Cristian H, de 27 años y de nacionalidad colombiana, hizo parte de la Policía entre 2017 y 2023 en Bogotá.

El patrullero, según contaron familiares, pidió la baja de la institución tras conocer casos de corrupción y prácticas ilegales de algunos superiores con los que no quiso involucrarse. Luego, decidió emigrar para cumplir su sueño de vivir en Madrid, ciudad a la que llegó en junio de 2023.

Ya en España, el hombre de 27 años aficionado al reguetón y con una fijación por los autos y los relojes caros, comenzó a trabajar como repartidor, empleo que ejercía los fines de semana. Su zona de entrega abarcaba urbanizaciones en Las Tablas y Montecarmelo, donde finalmente ocurrieron los hechos por los que hoy está en prisión.

Los vecinos y empleados de las urbanizaciones a los que el hombre llegaba cargado de paquetes lo describieron con un comportamiento particular según el género: con los hombres se mostraba amigable, mientras que con las mujeres era distante y en algunos casos hostil.

Además, algunos trabajadores notaron actitudes sospechosas en él, como pasar mucho tiempo observando a quienes usaban áreas comunes como la piscina, lo que los llevó a llamarle la atención en varias oportunidades.

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