Ayer, mientras recordaban que hace 15 meses lo habían asesinado, los familiares de Emel Antonio Arévalo Santander hablaban de los buenos momentos y la calidad de persona que era él.
Con una eucaristía, los seres queridos de Arévalo Santander elevaron plegarias por el eterno descanso de este mecánico, de 42 años, y pedían que la Fiscalía de verdad investigue el hecho de sangre, pues sienten que este será otro suceso que quedará impune.
“Nosotros queremos que la Fiscalía se acuerde de eso, porque nos abandonaron con el dolor de no saber quién mató a nuestro hermano. Él era una buena persona y no merecía morir así, porque las autoridades tratan este caso como si hubiesen matado a un perro y no a un ser humano que tenía un hijo y familia”, señaló un hermano de Emel Arévalo.
El hombre denunció que en varias oportunidades ha preguntado en las instalaciones del ente acusador en Cúcuta sobre los avances en la investigación de ese asesinato, pero le responden con evasivas o le dicen que se comunique por medio de un correo electrónico.
Una de las interrogantes que tiene la familia es por qué las autoridades no han capturado al responsable y a su cómplice, pues el asesino dejó tirada una motocicleta negra, de placa IFN04E, en la que se movilizaba.
“¿Acaso ellos (los investigadores) no han tenido tiempo para analizar esa moto, ahí pudieron quedar las huellas dactilares del asesino o algún otro indico? Eso pensamos nosotros y que creemos que nunca averiguaron”, aseguró el familiar del mecánico asesinado.
Cómo se dio el hecho
La rutina de trabajo de los diferentes talleres de mecánica que hay en la calle 0B con avenida 6, del barrio La Ínsula, la mañana del 25 de octubre de 2021, quedó a un lado cuando dos hombres, que se movilizaban en dos motocicletas, intentaban robar a un camionero que acababa de llegar a ese sector.
Uno de los asaltantes intimidaba al conductor con un arma para que les entregara $2.5 millones que había retirado minutos antes, pero en ese momento, Arévalo se percató del atraco y salió del taller donde laboraba, con un repuesto de un carro en sus manos.
Emel Antonio no dudó en lanzarle al asaltante el repuesto, que lo golpeó en el casco que llevaba puesto. El impacto fue tan fuerte que tumbó al delincuente, quien se enfureció y no dudó en accionar su arma dos veces en el pecho del mecánico, y al conductor, en la pierna izquierda.
El estremecedor sonido de las balas dejó a todas las personas, que en ese momento se encontraban en el lugar, paralizadas, dándoles oportunidad a los atracadores para que escaparan.
La víctima cayó agonizante y fue auxiliada por sus compañeros y amigos, siendo llevado rápidamente hasta el Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde finalmente murió.
El pistolero que acabó con la vida del mecánico dejó abandonada la moto en la que se movilizaba, huyendo con su cómplice en otra motocicleta, sin poder robarse el dinero.
La tristeza los ha invadido
Los seres queridos insistieron en que la tristeza que han sentido desde hace 15 meses se debe en parte por la negligencia que han tenido en este caso.
Ellos creen que su ser querido ayudando a los demás, pues siempre se caracterizó por ser una persona honesta, responsable, trabajadora y que hasta prefería no comer con tal que algún amigo o familiar saciara el hambre.
“Nosotros tenemos esa ‘espinita’ en el corazón, ha sido muy duro porque él era el alma de las fiestas, le gustaba tomarse sus cervezas, pero no se metía con nadie. Estaba pendiente de los niños en las celebraciones, en fin, como él no hay dos”, aseguró el hermano.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
