Quienes participaron en la destrucción de un complejo de laboratorios para procesar cocaína en zona rural de El Tarra, no habían sentido la muerte tan de cerca como la palparon la semana pasada.
Y es que un grupo de integrantes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y de militares del Batallón contra el Narcotráfico N°1 se trasladó hasta la vereda La Paz, de este municipio, en el corazón del Catatumbo, porque tenía la ubicación exacta donde habían levantado un complejo cocalero, con más de seis enormes estructuras.
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Las autoridades llegaron sin ningún problema al sitio, la noche del 12 de abril, pero esperaron hasta que amaneciera para avanzar tranquilamente y verificando que el terreno no tenía alguna trampa mortal.
En la mañana siguiente, cuando los uniformados se tomaron el lugar, estaba totalmente desolado, luego de verificar que había insumos químicos para procesar más de tres toneladas de cocaína a la semana, decidieron destruirlo.
“La explosión que se dio cuando iniciamos la destrucción se escuchó en toda la zona, porque eso está por el cañón de El Tarra, entonces eso alertó a los grupos armados ilegales”, comentó una fuente que participó en el operativo.
Minutos después de que el complejo comenzó a arder en llamas, desde diferentes puntos comenzó a ‘lloverle’ bala a los militares y funcionarios judiciales del CTI.
“Eso fue muy duro. De todas partes nos disparaban y nos tocó pedir apoyo rápidamente, cuando llegaron varios helicópteros artillados, entre ellos el Arpia, la situación empeoró. Las detonaciones se hicieron más fuertes, a los que estábamos en tierra nos tocó buscar donde atrincherarnos y esperar que anocheciera”, sostuvo la fuente.
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Añadió: “el ataque duró hasta la madrugada. A nosotros nos tocó tirarnos al piso o sentarnos sobre unos troncos y taparnos con un plástico negro, para evitar que algún francotirador nos viera. En las interceptaciones, quienes nos atacaban se decían que no pararan de disparar”.
Precisamente por las interceptaciones, militares y funcionarios se enteraron de que el Eln era el dueño de ese complejo de laboratorios y que varios de sus miembros, que delinquen por la zona de Filo el Gringo y Versalles, que están cerca de la vereda La Paz, de El Tarra, eran los encargados del ataque.
Las autoridades aseguraron que esa destrucción afectó al grupo armado ilegal, pues el complejo cocalero tendría un costo de $562,2 millones.
Las tropas y los funcionarios del CTI lograron salir de la zona el jueves 14 de abril, cuando un helicóptero pudo aterrizar, mientras que otras aeronaves artilladas lo protegían.
“Al Eln le dolió esta operación, porque en el último mes llevamos varios operativos destruyendo laboratorios”, señaló la fuente.
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