Dentro de los postores más famosos del programa ‘¿Quién da má$?’, Brandi Passante es la que más seguidores, verdaderos fanáticos, ha logrado acumular en los distintos países donde este espacio del género de telerrealidad, se ha convertido en un suceso televisivo, que en América Latina, llegará a su temporada número 14.

Para alegría de dichos fanáticos, ya está lista la temporada 15 y se está grabando la 16, donde dichos postores en el sur de California llegan para participar de subastas de depósitos abandonados, a la espera de encontrar en ellos verdaderos tesoros, en medio de una usual acumulación de basura.

Una temporada 14 que A&E estrenará a partir del próximo lunes, de un concepto que nació hace más de quince años, cuando sus productores descubrieron a un grupo de personas reuniéndose en centrales de depósitos para asistir lo que parecían subastas improvisadas, donde conocieron a personajes como Brandi Passante, quien se dedicaba, con quien era su esposo en ese momento, a intentar quedarse con los mejores depósitos para encontrar productos para venderlos en su tienda de segunda mano.

Desde las primeras temporadas la encantadora rubia ha hecho parte de ‘¿Quién da más?’, logrando tal popularidad, que incluso llegó a tener su propio programa por algunas temporadas, y sigue en el negocio de encontrar los mejores depósitos con la esperanza de encontrar algunos tesoros.

PIONERA

-Usted está en el programa desde las primeras temporadas, ¿cómo empezó todo?.

Se acercaron a nosotros en una subasta. Fueron a nuestra tienda. Filmamos un corto promocional y, a partir de ahí, todo se volvió un poco loco. Realmente no esperábamos que llegara a ningún lado… y aquí estamos haciendo la temporada 16. Quiero decir, ¿quién hubiera imaginado que esto llegaría a ser así?

-En esta nueva temporada, ¿qué encontró de novedoso en los depósitos?

Bueno… supongo que en esta temporada que viene encontré algunos objetos interesantes que quizá alguien querría mantener fuera del alcance de sus hijos (risas). Fue un poco gracioso, muchos dispositivos, juguetes sexuales. Fue bastante cómico. Además, esta temporada fuimos a liquidación de bienes y eso fue algo nuevo y muy divertido. En particular a mí me fue muy bien.

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-¿Cuál es el episodio inolvidable de su vida?

Esa es una gran pregunta. Hice tantos… he tenido días muy duros y también enormes triunfos y muchísima diversión. Estamos cerca de 400 episodios. Creo que podría ser justamente uno de los más graciosos, como el de los dispositivos sexuales. Ese día me reí muchísimo. Obviamente no me quedé con nada de eso, pero fue un día muy divertido. Definitivamente no voy a olvidarlo.

-¿Qué significa ‘¿Quién Da Má$?’ en su vida?*

Definitivamente ha sido algo que me ha cambiado la vida, eso seguro. Ha creado un escenario en el que gente de todo el mundo sabe quién soy, y yo no sé quiénes son ellos. Ha creado un fenómeno de fans y cosas que todavía estoy tratando de manejar. Han pasado varios años y sigue siendo un escenario difícil, pero hago lo mejor que puedo. Estoy súper agradecida. Ha sido una bendición y una maldición: mucha diversión, pero a veces un poco complicado. En última instancia, estoy muy agradecida.

-¿Cómo ha sido la transición desde su trabajo como compradora hasta convertirse en una sensación televisiva en todo el mundo?

Es como la noche y el día. Fue toda una transición. Yo iba por la vida como una persona aparentemente común y corriente. Después, sinceramente, el programa fue un éxito de la noche a la mañana. Y entonces, de repente, ir al supermercado y que la gente me pidiera fotos y autógrafos, y tener acosadores.

En última instancia, como dije, estoy realmente agradecida por todo lo bueno que ha venido con esto. Disfruto hacer el programa. Ha sido, en general, muy divertido. Pero, ya sabes, también ha habido situaciones un poco abrumadoras y difíciles. Sin embargo, hay que enfocarse más en las bendiciones que en las maldiciones que conlleva. Así que sí, fue toda una transición. Definitivamente ‘¿Quién da má$?’ me cambió la vida.

-¿Cómo maneja el tema del acoso?

Es un gran cambio y es algo que tienes que aprender a manejar. Terapia y separarte de esa vida tanto como puedas, y generar un escenario en el que eso no sea, en definitiva, tu vida. Las cosas normales del día a día son tu vida. Esa es la única manera de poder sobrellevarlo. Al menos, para mí.

-Ha mencionado que la fama puede ser tanto una bendición como una maldición…

Con el tiempo, supongo que crea un personaje para la televisión. Brandi es simplemente una mamá común y corriente y un ser humano que lava los platos, lava la ropa, limpia lo que hacen sus hijos, que ya son adultos. Y, bueno, es todo un equilibrio, sin duda.

-¿Cuál es ese objeto que encontró en alguna subasta y que decidió conservar?

Antes de empezar el programa, en una de mis primeras unidades encontré, lo fue realmente raro y extraño, fotos de personas muertas. Era una tradición a finales del siglo XIX, básicamente para capturar su alma de alguna manera. Les sacaban fotos, tanto de niños y adultos, con la familia alrededor, junto al difunto. Eran bastante incómodas de ver. Las guardé un tiempo, pero al final las tiré y mucho después me enteré de que valían bastante dinero.

-¿Cómo es la relación entre los compradores detrás de cámara?

Intentamos mantenerlo bastante auténtico. Es difícil fingir que te cae bien alguien. Tratamos de mantenerlo civil, o al menos yo lo intento. Pero tiendo a mostrar mis sentimientos en la cara, algo que todavía no he logrado controlar. Pero, bueno, nos las arreglamos lo mejor que podemos. Y Dan y Laura son buenos mediadores.

-¿Es cierto que la razón por la que no se queda con objetos en su casa es porque a veces se perciben las vibras de los dueños originales?

Bueno, no queremos que aparezca Annabelle en la casa (risas). Hay energías que vienen con ciertos objetos. Absolutamente, estoy de acuerdo con eso. Trato de no quedarme con un montón de cosas al azar, y todo el punto de ir a las subastas es comprar cosas para vender y ganar dinero, no para llenar la casa.

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