Norte de Santander se consolida como una de las regiones estratégicas para el modelo de sostenibilidad de Juan Valdez. En municipios del Catatumbo y del occidente del departamento, la compañía ha venido trabajando junto a caficultores y organizaciones locales, reconociendo la tradición productiva de una zona históricamente vinculada al café.
En entrevista con La Opinión, Camila López, directora de sostenibilidad de la empresa, destaca que Norte de Santander no solo hace parte de la cadena de suministro de la marca, sino que ha sido escenario de iniciativas que fortalecen su compromiso ambiental y social.
“Nosotros compramos café ineludiblemente de Norte de Santander hace muchos años”, afirma.
Entre los ejemplos que menciona López está el del joven Marlon Jair Torres, oriundo de Lourdes, quien fue seleccionado en 2021 por la iniciativa Renacer, gracias a la calidad del café producido en su finca. También resalta la trayectoria de Domingo Torres, caficultor de Ragonvalia, reconocido en varias ediciones especiales de la marca y declarado fuera de concurso en la subasta nacional de la Federación de Cafeteros en 2023.
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La cooperativa de mujeres cafeteras del Catatumbo también ha sido parte de este enfoque inclusivo. Juan Valdez les ha comprado café para su línea Mujeres Cafeteras, un programa que ha beneficiado a más de 1.100 mujeres en todo el país. “Es una de las joyas de la corona en términos de impacto”, asegura López.
Además, la empresa recientemente lanzó la edición especial Origen Norte de Santander, una apuesta por visibilizar las características propias del café cultivado en esta región. También cuenta con ocho tiendas en el departamento, lo que permite mantener una relación comercial y cultural activa con los consumidores locales.
Este trabajo en regiones como Norte de Santander se enmarca dentro de una visión más amplia.
En 2024, Juan Valdez inició su proceso de recertificación como Empresa B, una distinción internacional que reconoce a las compañías que logran equilibrar propósito social, ambiental y rentabilidad.
Esta renovación se consolidó este 2025, en un momento clave, marcado por la urgencia climática y la necesidad de modelos empresariales más sostenibles.
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Ser las mejores del mundo
De acuerdo con López, las empresas B son un movimiento colectivo global que surge en Estados Unidos por B-Labs, organización que se expandió a través del mundo.
“Este es un principio de empresas que no solo buscan generar valor desde lo financiero, sino también desde lo social y ambiental, generando un impacto positivo”, afirma la directora de sostenibilidad de Juan Valdez.
De esta manera, están comprometidas a no ser solo las mejores a nivel global, ellas quieren ser las mejores para el mundo, eso es como el gran eslogan de las empresas B.
“Desde la diversidad de sus negocios e industrias comparten un objetivo común que es redefinir el éxito de la economía a través del impacto. Hoy estamos hablando de 120 empresas en Colombia de las cuales hay muchas reconocidas, pares como nosotros, tal es el caso de Alquería, Providencia, Crepes; también hay empresas pequeñas y medianas”, explica López.
Esta certificación está en todos los continentes y son más de 10.000 compañías en el mundo.
“Hay mercados que son mucho más afines a estos temas que otros, pero en Colombia también ha ido creciendo de manera muy importante la comunidad que se interesa en la sostenibilidad”, afirma.
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