Los efectos de la crisis fiscal que vive el Gobierno llegaron a los usuarios del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex). Con el desmonte del subsidio a la tasa, los estudiantes recibirán un golpe en sus bolsillos, siendo los más afectados los de menos recursos económicos.
De acuerdo con el estudio ‘Otra cara de la crisis fiscal: adiós al subsidio del Icetex’ de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), el 91,1% de los usuarios de los préstamos proviene de los estratos 1, 2 y 3, o sea 91 de cada 100. Lo más preocupante es que 35 (35,5%) de ellos se concentran en el 1.
Lea aquí: Táchira ve en la Zona Económica Especial Binacional su esperanza
El subsidio consistía en llevar la tasa a IPC+0% durante la época de estudios en las líneas de crédito de corto y mediano plano; y durante toda la vida del crédito, para la línea de largo plazo. El Ejecutivo hizo el desmonte del esquema en dos momentos: en febrero de 2025 para créditos en amortización y en agosto para quienes permanecían en época de estudios.
Los investigadores del Centro de Estudios Económicos ANIF precisaron que, así, los préstamos retornaron a las condiciones originalmente pactadas, con márgenes alrededor de IPC+7% (12,56% E.A) o IPC+9% (14,67% E.A), dependiendo de la línea, lo que eleva la cuota y el costo total del financiamiento sin modificar los contratos.
Por ejemplo, en un financiamiento de $100 millones (y de $20 millones en Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano –ETDH-), el valor total pagado sube alrededor de 16,4% ($16.4 millones) en Plan Ágil, crece 9,2% ($9.2 millones) en Plan Equilibrio, aumenta 4,9% ($4.9 millones) en Plan Flexible y se incrementa 1,3% ($1.3 millones) en ETDH.
Le puede interesar: ‘Tener los pájaros no es suficiente’ para desarrollar el aviturismo en Norte de Santander
“Conviene precisar el caso de la línea de crédito de largo plazo, reservado para estratos 1, 2 y 3, en el que el estudiante no paga durante los estudios y traslada el 100% del crédito luego de terminar el programa. Sin el subsidio, un horizonte más largo amplifica el costo financiero por la duración, de modo que los intereses acumulados y la cuota futura tienden a ser más altas”, concluyó ANIF.
Es por esto que la suspensión resulta regresiva y aumenta la probabilidad de interrupciones o traslados hacia la oferta pública. Además, puede tener tres efectos, el primero es un aumento del riesgo de deserción de estudiantes en estratos bajos.
El segundo es un traslado de presión hacia universidades públicas y esquemas de gratuidad (Matrícula Cero), por lo que habrá tensiones en cupos y financiación (la demanda oficial crece 8% interanual); y el tercero efecto es un posible deterioro de cartera durante la transición, con mayores moras y costos asociados, tanto para los deudores (intereses de mora, reportes en centrales de riesgo) como para la entidad.
Lea además: Descertificación antidrogas de EE.UU. afectará confianza inversionista y el turismo
Los expertos indicaron que, a corto plazo, sería ideal privilegiar mecanismos operativos, extensión de lapsos, acuerdos de aporte en tasa con instituciones de educación superior y seguimiento a mora y deserción, mientras se define un esquema de alivios que sea predecible para los estudiantes y sostenible para las finanzas públicas.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion .