En la Urbanización Panamericana, ubicada en la comuna 6 de Cúcuta, crecen las voces de inconformidad frente a los impactos negativos que ha traído la construcción del proyecto del Par Vial, una obra adelantada en dos fases desde el año 2022. La comunidad asegura que el avance del proyecto no solo ha causado la pérdida de espacios recreativos, sino que también ha puesto en riesgo la seguridad de las viviendas construidas en zonas de ladera.

Gonzalo Rivera, presidente de la Junta de Acción Comunal del sector, manifestó, desde que inició la ejecución de la fase uno durante la administración del exalcalde Jairo Yáñez, los habitantes han tenido que afrontar afectaciones directas, especialmente en su entorno comunitario.

Rivera denunció que la primera gran pérdida ocurrió con la cancha deportiva ubicada en la manzana 3, en la parte alta de la primera etapa del barrio. Este escenario, que servía para la recreación de niños y jóvenes, resultó deteriorado durante los trabajos iniciales del Par Vial. A pesar de las múltiples solicitudes elevadas a las autoridades municipales, hasta el momento no se ha dado una solución efectiva para su recuperación.

La situación, afirma Rivera, se repitió con la segunda fase del proyecto, iniciada en abril de 2024 bajo el actual gobierno del alcalde Jorge Acevedo. En esta oportunidad, fue el parque y la zona verde ubicados en la manzana 2 los que desaparecieron tras ser retirados para facilitar el desarrollo de la obra. 

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Aunque la Alcaldía se comprometió con la restauración de estos espacios, la comunidad asegura que no ha visto avances en ese sentido.

Además, señalan que los trabajos han provocado acumulación de barro y arena en las inmediaciones, generando molestias cotidianas para los vecinos.

Riesgo geotécnico

Uno de los puntos más preocupantes para los habitantes de Panamericana es el riesgo que, según dicen, implica la continuidad de las obras para las viviendas que se ubican en el talud de la montaña. Rivera advirtió que el terreno ha presentado debilitamiento y vibraciones, especialmente con el inicio de la pavimentación entre las dos fases del Par Vial.

Por ello, ha solicitado en reiteradas ocasiones a la Alcaldía los planos estructurales y de seguridad de la obra, sin haber obtenido una respuesta concreta.

El líder comunal indicó que así como invirtieron en el Par Vial, la Alcaldía también puede invertir en el muro de contención y en los espacios públicos que nos quitaron”, recalcó Rivera.

Alcaldía responde: obras cumplen con normas

Frente a las denuncias de la comunidad, la Secretaría para la Gestión de Riesgos y Desastres de Cúcuta explicó que el pasado 7 de mayo se realizó una visita técnica al sector para inspeccionar el estado del terreno y analizar las inquietudes presentadas por los vecinos.

Según la entidad, los documentos solicitados por la comunidad requieren componentes técnicos especializados con alta carga financiera, administrativa e investigativa, por lo cual, en este momento, no es posible atender esas solicitudes. Además, enfatizaron que las viviendas ubicadas en la parte alta del talud carecen de licencia de construcción, lo que incrementa el nivel de vulnerabilidad y dificulta la intervención oficial.

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Como medida preventiva, la Alcaldía recomendó a los ciudadanos abstenerse de realizar nuevas obras que puedan comprometer aún más la estabilidad del terreno.

Por su parte, el secretario de Infraestructura municipal, Sebastián Ruiz, afirmó que la primera fase del Par Vial, finalizada en 2023, incluyó estudios y diseños técnicos, además de una etapa constructiva que contempló la avenida 12 del barrio Panamericano y un muro de estabilización en la avenida primera del barrio Aeropuerto.

En cuanto a la segunda fase, explicó que esta se encuentra completada en un 95% y comprende la rampa que conecta la avenida 12 con la avenida primera, facilitando el tránsito entre los barrios Panamericano y Aeropuerto. Esta conexión mejorará el acceso hacia el aeropuerto Camilo Daza.

Ruiz aseguró que ambas fases del proyecto cuentan con todos los estudios y diseños ajustados a la norma sismorresistente, y que la obra incluye un muro de estabilización con anclajes activos y pasivos. La ejecución está supervisada por el contratista, la interventoría e Infraestructura.

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