La crisis del sistema de salud colombiano sigue profundizándose y ahora compromete de manera directa a la industria farmacéutica. Un informe de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación y Desarrollo (Afidro), elaborado junto a la firma Sectorial, reveló que la deuda del sector alcanzó $4,3 billones en el primer trimestre de 2025, una cifra que refleja el deterioro en los flujos de pago y la falta de liquidez.
Según el gremio, la situación no solo afecta a las compañías proveedoras de medicamentos, sino que pone en jaque a pacientes y usuarios, quienes ya enfrentan demoras en citas, tratamientos y cirugías.
Una deuda que asfixia
Del total de la cartera acumulada, 61,8 % corresponde a servicios prestados en 2025, lo que muestra que el problema es creciente. Los gestores farmacéuticos concentran más del 60 % de la deuda, y los días de recuperación de cartera pasaron de 125 en 2023 a 145 en 2025.
Alejandro Escobar, gerente de Sectorial, advirtió: “Estas cifras reflejan un deterioro significativo en la dinámica de pago, lo cual dificulta la planeación operativa del sector, que debe seguir operando y prestando servicios pese a la creciente morosidad”.
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Las causas de la crisis
El estudio de Afidro señala varios factores que explican el déficit:
Unidad de Pago por Capitación (UPC) insuficiente: Aunque entre enero y abril se giraron \$29,8 billones, un 6,29 % más que en 2024, el aumento resultó insuficiente frente a la demanda del sistema.
Menos recursos para Presupuestos Máximos: Pasaron de \$1,22 billones en 2024 a \$1,16 billones en 2025, lo que representa una reducción del 5,14 %.
Deudas acumuladas: Parte de los giros se destinaron a cubrir obligaciones anteriores, lo que reduce aún más la capacidad de maniobra del sistema.
Pacientes: los principales afectados
La consecuencia más grave recae sobre los usuarios del sistema de salud. Afidro señaló que Colombia atraviesa el momento más alto de su historia en reclamos y tutelas en salud.
“Estamos frente a una asfixia financiera que se ha convertido en el mayor obstáculo para garantizar el acceso a los tratamientos”, explicó Escobar.
Los pacientes denuncian demoras en la asignación de citas, suspensión de cirugías y fallas en la entrega oportuna de medicamentos. Esto, según el gremio, provoca que enfermedades tratables se agraven y que casos simples terminen en complicaciones mayores o incluso en fatalidades.
“Cada retraso incrementa la siniestralidad y los costos del sistema. El paciente es el que más sufre en medio de esta situación”, afirmó Ignacio Gaitán, presidente de Afidro.
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Industria está al borde del colapso
La espera para el pago a las instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) y laboratorios también se ha extendido. El ciclo de pago pasó de 100 días en 2023 a 260 días en 2025. En el caso de los gestores farmacéuticos, el plazo promedio aumentó de 132 a 168 días.
Esto genera, según Afidro, un efecto dominó: mayores costos, menor acceso a tecnología, más barreras en la dispensación de medicamentos y creciente gasto de bolsillo de los ciudadanos, quienes optan por acudir al canal comercial para adquirir tratamientos.