El Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) Bosque Seco Tropical Pozo Azul, se consolida como un refugio estratégico para la biodiversidad del nororiente colombiano.
Allí, un programa de monitoreo con 12 cámaras trampa, instalado desde 2024, permitió registrar más de 15 especies de mamíferos, aves y otros vertebrados, ratificando la importancia de conservar uno de los ecosistemas más amenazados del país.
Los avances han sido posibles gracias a una alianza con la Universidad de Pamplona y la Fundación de Termotasajero, indicó el director general de Corponor, Rafael Humberto Camacho.
“El equipo de biólogos de la Subdirección de Recursos Naturales revisa periódicamente los registros, donde han aparecido pumas, tigrillos, venados, osos hormigueros y tairas, especies que evidencian el buen estado de conservación de la zona. Esta información, además, fortalece el Plan de Manejo Ambiental diseñado para el área bajo una figura de conservación”.
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Las cámaras trampa captaron imágenes del puma (Puma concolor), el tigrillo (Leopardus pardalis), el armadillo (Cabassous centralis), el venado colorado (Mazama americana), el oso hormiguero (Tamandua mexicana), la guartinaja (Dasyprocta punctata), el zorro perro (Cerdocyon thous), la tayra (Eira barbara) y el zorrillo rayado (Conepatus semistriatus). Además de aves como el gallito de ciénaga (Aramides cajaneus) y la urraca (Cyanocorax sp).
Un hallazgo inesperado de acuerdo con el biólogo de la Subdirección de Recursos Naturales de Corponor, Carlos Herney Cáceres Martínez, y docente del programa de Biología de la Unipamplona, fue la presencia de especies domésticas como la cabra (Capra hircus).
“Lejos de representar un conflicto inmediato, los registros muestran que es posible la coexistencia pacífica entre grandes felinos y animales domésticos, siempre que se respete el hábitat natural, no se cace a sus presas y se evite la deforestación o las quemas. Hasta ahora no se han reportado ataques a personas ni al ganado, enviando un mensaje positivo: la presencia de grandes carnívoros no implica necesariamente peligro, sino que refleja la salud de los ecosistemas”.