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Cúcuta
En Cúcuta, viajar en el tiempo sí es posible
Gracias a la Casa Museo Guchy, el mundo de las antigüedades está más vivo que nunca.
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Gerson Correa
Gerson Correa
Categoría nota
Sábado, 10 de Diciembre de 2022

 

Cúcuta y su área metropolitana se han caracterizado por ser testigos de grandes acontecimientos registrados a lo largo de los años, quedando conservados como recuerdos entre las nuevas generaciones.

Sin embargo, en una pequeña casa ubicada entre el túnel de arboles y luces que se forma en la calle Los Faroles, se encuentra la Casa Museo Guchy, única en la ciudad, que, por su estilo vintage, se destaca entre todas.

Desde el momento en que se abre la reja principal del lugar, ocurre la verdadera magia. Su fachada, que detalla aires del siglo pasado, da la bienvenida al lugar, que, entre cada rincón, deja en evidencia miles de historias representadas en objetos o figuras que se ubican de forma estratégica para ser apreciadas por todo aquel aventurero que se atreva a descubrir los secretos que se esconden allí.


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Según asegura el fundador de la casa, Belmar Carrascal, la exhibición es el resultado de muchos años de pasión y recolección, piezas que, junto a su esposa, Claudia Lucia Morales, han venido recolectando incluso desde que eran niños, y otras cuantas, donadas por amigos y familiares que han querido aportar su granito de arena en ese reloj del tiempo.

“El 27 de diciembre de 2017, un incendio en una casa vecina hizo que gran parte de la colección sufriera daño debido a que las llamas se propagaron, a raíz de esto, nos dimos cuenta que era hora de exponerlo y no tenerlo guardado, ahí mismo arrancamos la tarea de buscar un lugar y organizar todo en un nuevo espacio, así nació nuestra primera sede”, aseguró Carrascal.

A punto de cumplir 5 años de aquel hecho,  hoy los artilugios reposan relucientes,  mostrando su mejor cara, y es que, más allá de los muebles, relojes, porcelanas, lámparas, alfombras, tapices, cámaras fotográficas o piezas hechas de plata y cobre,  lo que realmente diversifica  los pasillos de lo que se puede considerar un verdadero templo de antigüedades, es cada uno de los coleccionistas,  universitarios o cualquier curioso que se toma un par de minutos para observar, quizás por primera vez,  fragmentos de diferentes épocas que marcaron un antes y un después en la vida humana.


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“Nuestro objetivo es mostrar a las personas objetos que quizás nunca han observado en su vida y brindar una buena experiencia, si alguien quiere un recorrido, lo programamos primero, por lo general aceptamos grupos de hasta 10 personas y luego los invitamos a recorrer la casa, que está dividida por secciones: sala, cocina, cuartos e incluso el garaje”, expresó Aldemar.

 

 

 

Un recorrido por la historia

Estar en Guchy es como entrar a un portal donde todo quedó congelado;  un dispensador de gasolina que también funciona como bar, que no tiene nada que envidiarle a los que existieron en Estados Unidos en la década de los 80; un candelabro francés que ilumina todo a su alrededor,   radios militares que transmitían señales a largos kilómetros de distancia e incluso un sable traído desde tierras gauchas, son algunos de los elementos que dan la bienvenida al lugar, pero hay uno en especial que ocupa un lugar importante no solo en la casa, también en el corazón de Carrascal, una máquina Singer de lanzadera modelo 66 de 1.860.

“Un día al salir del colegio vi a un hombre caminar con esa máquina y me llamó mucho la atención, rápido me acerque y le pregunté por ella, estaba dañada y la iban mandar a reparar me contestó el señor en esa oportunidad, yo aproveche y pregunté si no la vendía; con el tiempo y con la ayuda de mi papá la compramos, es un objeto muy especial, no sería capaz de deshacerme de ella, tiene mucha historia”, confesó.


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En la cocina, además de encontrar aparatos de décadas pasadas como microondas, tostadoras, licuadoras o trituradores de café y maíz, también se podrán ver ejemplares de cubiertos y vajillas de cerámica o porcelana con diseños exclusivos.

Al subir al segundo piso, los cuadros y fotos tienen un protagonismo especial, ya que no todos los días se pueden ver fotos inéditas de Marilyn Monroe, afiches originales de películas o incluso juguetes infantiles de los 50’s junto a una colección de antiguas bicicletas, las mismas que en algunas ocasiones Belmar pedalea por las calles de la ciudad para hacer publicidad.

Incluso, hay un espacio especial para el viejo oeste, un lugar donde se resaltan armas y artefactos de las fuerzas militares. Para los amantes de la buena música, el salón del sonido es el indicado para visitar, enespecial para ser testigo de la colección de más de 600 discos de vinilos de géneros como rock, salsa, música colombiana y orquestas venezolanas como la Billo's Caracas Boys, todos bajo el cuidado de ‘Ricardito’ un muñeco de porcelana, famoso entre los niños de hace unas décadas atrás.

“La visita completa dura entre 20 a 30 minutos, todo depende de la cantidad de preguntas que se hagan mientras se va caminando, en nuestro inventario tenemos registrados un aproximado de 3.500 piezas, la mayoría de ellas de Colombia, pero también tenemos ejemplares traídos de México, España, Rusia, Venezuela, Italia, entro otros lugares”, reiteró Carrascal.

Si usted quiere ir y apreciar con sus propios ojos como la historia se construye a través de las paredes y estanterías, puede visitarlo en la calle Faroles   # 4E - 110 del barrio Quinta Bosch o se puede comunicar a los números 3115038208 – 3158116126.

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