El clamor de la Iglesia
En medio de este panorama, el obispo de la diócesis de Ocaña, monseñor Orlando Olave, elevó un llamado al presidente Gustavo Petro y a las autoridades nacionales para que no olviden el drama humano de las familias que, dos años después de la emergencia, siguen esperando soluciones.
“El clamor de estas comunidades debe ser escuchado. Los campesinos no piden lujos, sino un techo digno, escuelas para sus hijos y la posibilidad de volver a sus tierras para trabajar”, expresó el prelado durante su visita pastoral a la parroquia El Divino Niño, en Ábrego, donde acompañó a las familias afectadas.
Olave instó a la UNGRD, al gobernador William Villamizar y al alcalde de Ábrego a redoblar esfuerzos para que las promesas se conviertan en realidades. Aunque reconoció que las vías de hecho no son el camino ideal, aseguró que a veces son la única manera que encuentran las comunidades para ser escuchadas.
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“Como Iglesia acompañamos su dolor y sus esperanzas, y pedimos misericordia y celeridad en las decisiones del Estado para que estas familias puedan rehacer sus vidas”, concluyó el obispo.
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