Ante grave crisis financiera de los últimos años, el alcalde de Ocaña, Emiro Cañizares Plata, solicitó al Concejo facultades especiales para la reestructuración de pasivos. La Ley 550 contempla la intervención económica del Ministerio de Hacienda y Crédito Público para lograr conciliaciones que eviten los embargos de las cuentas.
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El mandatario local indicó que desde la inducción y el proceso de empalme se descubrió el hueco fiscal y han sido muy responsables a la hora de tomar decisiones. “Hemos hecho consultas con experiencias exitosas similares en otras regiones de país. La iniciativa fue presentada en las sesiones ordinarias del mes de mayo para que los concejales analicen la difícil situación del ente territorial”, recalcó.
De acuerdo con los datos consolidados, el pasivo contingente, más los créditos está por encima de los 39.000 millones de pesos, pero hay unas acreencias próximas a fallar cercanas a los 20.000 millones de pesos, agudizando la recesión.
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Aseguró que la administración municipal no perderá autonomía para manejar los distintos programas de inversión y es la única tabla de salvación para poner orden, dejando una estructura viable a los futuros gobernantes.
Apretar el cinturón
La secretaria de Hacienda de Ocaña, Yakaira María Galvis Torres, fue la encargada de hacer la exposición de motivos del proyecto de acuerdo en el Concejo.
Austeridad en los gastos, priorizar los pagos, cumplir con las exigencias de las deudas al pie de la letra y adoptar mecanismos tendientes a mejorar los ingresos son, entre otras, las estrategias trazadas en el documento.
La funcionaria explicó el comportamiento de los recaudos, el pasivo contingente, los posibles embargos de los acreedores y los mecanismos tendientes a superar la crisis presupuestal.
“El déficit supera los 38.000 millones de pesos y se avecina una avalancha de unas demandas por cuentas pendientes que alcanzan los 20.000 millones de pesos, situación insostenible en los 4 años de gobierno”, dijo la funcionaria.
La presidente del Concejo, Yurima Isabel Sánchez Rincón, presidió la sesión y pidió a los miembros de la corporación un análisis concienzudo y serio de la iniciativa, ya que el panorama financiero no es halagador.
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La ponencia del proyecto fue asignada al joven universitario Dairon Rangel, quien deberá efectuar el respectivo análisis y elevar las consultas pertinentes para entregar su concepto.
Gobernar diciendo la verdad
El alcalde manifiesta que no se puede esconder esa realidad y la misión encomendada por el pueblo corresponde hacia una verdadera transformación para evitar el hundimiento del barco a la deriva.
“La gente expresa temor ante estas decisiones, pero hablé con exmandatarios de regiones que han tomado igual determinación y hoy gozan de un saneamiento fiscal. No se pierde autonomía, es una reestructuración de pasivos donde el ministerio entregará recomendaciones para racionalizar los gastos, priorizar el orden de pagos e incluso lineamientos para acceder a créditos”, dijo el mandatario.
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Asimismo, anunció la imperiosa necesidad de una actualización catastral acorde con los contextos del ente territorial para mejorar los ingresos y hacer más viable la administración municipal.
Por su parte, el analista económico y excandidato a la alcaldía de Ocaña, Miguel Uribe Centanaro aseguró que todo obedece al descuido y despilfarro de los gobernantes de turno.
Indicó que el municipio de Ocaña debe mejorar el recaudo propio y los ingresos objeto de transferencias de la nación y el departamento.
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“El crecimiento vertiginoso de la población del municipio en un aproximado de 30.000 personas superó ampliamente la proyección del censo del año 2005. El censo de 2018 sufrió demoras en su ajuste y actualización, generando que a Ocaña se le castigara varios años sin recibir la transferencia per cápita que perciben los municipios por cada habitante, perdiendo el ingreso de cerca de un 25% de las transferencias a las que tenía derecho”, señaló.
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