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César Escola llegó con 27 kilos menos a ‘Yo me llamo’
‘Yo me llamo’ significa mucha emoción, un renacer y un revivir, después de esta pandemia tan dura”, expresó a La Opinión el maestro César Escola.
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Leonardo Favio Oliveros Medina
Leonardo Favio Oliveros
Lunes, 1 de Noviembre de 2021

Desde el 26 de octubre, los televidentes de Caracol disfrutan, lloran y ríen con el talento de los imitadores que participan en el programa que busca el doble perfecto, ‘Yo me llamo’, el cual regresó con una octava edición cargada con 1.200 millones de pesos en premios para repartir.

A 10 años de haberse transmitido su primera temporada, el reality volvió con un nuevo integrante en la mesa de jurados, el cantante de música popular Yeison Jiménez, quien acompaña a Amparo Grisales, presente desde la primera edición; y al maestro César Escola.

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La Opinión conversó con los dos jueces masculinos, quienes contaron la experiencia que han vivido en el comienzo de la temporada y otros detalles de su vida.

El argentino César Escola, con casi 33 años en el país y quien se ha convertido en uno de los rostros del programa y uno de los artistas más queridos de la televisión, llegó a esta nueva edición de ‘Yo me llamo’, con 27 kilos menos.

“Me gusta mucho la pizza, pero he bajado 27 kilos. Hace muchos años sufrí de infarto y para esta temporada quise estar mejor. Me hice un chequeo y me dijo la doctora que estaba pasado 29 kilos. Descubrí que lo más importante no es el físico, sino la salud y ahora me siento muy bien. Por eso hay que decirle sí a la salud, si a vacunarse contra la COVID-19”.

El artista resaltó que uno de los hábitos argentinos que aún mantiene es beber mate. No obstante, en pandemia no ha podido disfrutar de eso, porque se trata de una actividad muy sociable. Sostuvo que esta crisis sanitaria que azota al mundo le dejó claro que nada es eterno, todo es efímero y que se debe vivir y disfrutar al 500% de lo familia y de lo que se tiene, porque no sabe si al día siguiente se pueda hacer.

El maestro, como se le conoce, manifestó que siente agradecimiento a la vida, al público y a Colombia por el apoyo brindado. Agregó que ‘Yo me llamo’ “significa mucha emoción, un renacer y un revivir, después de esta pandemia tan dura”, y esto se refleja “en la entrega con el alma y el corazón que hacen los imitadores” en cada presentación.

Escola también indicó que esas discusiones con Amparo Grisales en la mesa de los jurados hacen parte de la dinámica del programa, en donde cada quien defiende su posición y el juicio que está dando al participante. Sin embargo, fuera del programa, su relación de amistad se estrecha cada día más.

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“Yeison Jiménez resultó ser un campeón, me encantan los tiros que tiene, es muy pícaro, es muy preciso, tiene mucho humor. Nunca había trabajado con él y resultó ser un magnífico compañero”, expresó.

 

Lo más importante es cambiar vidas: Yeison Jiménez

 

Yo me llamo.

“Es una oportunidad de verme en otra faceta, de saber otras cosas de mí, cómo pienso, cómo actúo, cómo hablo, si soy inteligente, prudente, tosco o grosero. Esta es una gran oportunidad de mostrarme como soy, para que la gente conozca cómo es Yeison Jiménez cuando no está en tarima”.

Así  respondió el cantante de música popular al preguntársele por qué le dio el ‘sí’ a ‘Yo me llamo’, agregando que se siente feliz de hacer parte de él, por su historia y por el talento que se muestra en ese escenario.

Jiménez señaló que lo más importante en su rol como juez es cambiar vidas, porque muchos participantes que llegan allí “ya no vuelven a cantar en los buses, bares o en las esquinas de la calles con una guitarra”, así como en el comienzo de su carrera le tocó a él.

Vale recordar que en uno de los recientes capítulos, un imitador de Ozuna le dio a cada jurado una moneda de 50 pesos, que representa el inmenso valor de lo recogido en los buses, esto quebró emocionalmente a Yeison,  le recordó cuando él cantaba en los buses. “Una moneda en un bus representa mucha gallardía. No es fácil parar un bus, subirte, ver cómo la gente te desprecia…”, afirmó el artista de la música popular.

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El hijo de Manzanares, Caldas, indicó a La Opinión que los participantes deben entender que si mil puertas se cierran otras muchas se abren, lo importante es no desistir. “A mí me cerraron muchas puertas y yo llegaba a mi casa y le decía a Dios: ‘Señor, gracias, porque sé que se me van a abrir otras mil puertas’”. 

Yeison Jiménez recalcó que su deseo es que cada persona que pase través de él se quede con algo mejor para su vida. “Eso es lo que le pido a Dios siempre”. Finalmente, añadió que lo más difícil de que un cantante evalúe a otros cantantes es el tacto, porque hay sueños, ilusiones e historias de por medio; entonces su tarea es rescatar lo mejor de cada participante en su presentación y decirle con amor aquello que debe mejorar.

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