La oportuna reacción de uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta, luego de oír los disparos que acabaron con la vida de Luis Alfredo Silva García, conocido como ‘El Burro’, permitió la captura de Jhon Jairo Manzano Tami, de 31 años, señalado de ser el presunto responsable del crimen.
Lea aquí: Le quitaron la vida a una mujer en La Ínsula
El hecho se dio la mañana del 30 de septiembre, en la avenida 5 con calle 3, del barrio La Ínsula, donde estaba la víctima, cuando llegó el pistolero y lo impactó directamente en la cabeza.
Aunque ‘El Burro’ fue trasladado al Hospital Universitario Erasmo Meoz, finalmente murió, a pesar de los esfuerzos de los médicos.
Cuando Manzano Tami emprendió la huida en una motocicleta, las unidades de la Policía adscritas al CAI Industrial, que adelantaban patrullajes de control en la zona, apoyados con otros uniformados de inteligencia de la Policía de Norte de Santander, lo interceptaron, cuando la moto tuvo fallas mecánicas.
“Cuando se le apagó la moto, los policías lo interceptaron y lo capturaron, aunque ya había botado el arma”, explicó una fuente judicial en el momento del hecho.
La Policía aseguró que Manzano tiene anotaciones judiciales por hurto, en 2018 y 2021, por lo que las autoridades esperan reforzar el proceso judicial en su contra.
Más de ‘El Burro’
Luis Alfredo Silva, según las autoridades, tenía anotaciones por fabricación, tráfico o porte de estupefacientes y receptación, por hechos que ocurrieron este año.
Además, la Policía aseguró que ‘El Burro’ “estaba implicado en el tráfico y comercialización de estupefacientes”.
Precisamente, estos hechos son las pistas que los investigadores judiciales tienen para establecer que los móviles del crimen son una posible disputa de territorio por microtráfico.
“Eso es una pelea entre bandas. La orden del homicidio viene desde la banda de microtráfico que delinque al otro lado de El Salado, que quiere tener el control de todo el sector”, dijo una fuente judicial en la escena del crimen.
Ese punto de este popular sector en el norte de Cúcuta, se convirtió en otro ícono de la venta y el consumo desmedido de drogas, a cualquier hora del día, por lo que la presencia de las autoridades es una petición esencial de los residentes.
Las detonaciones de los disparos ya son rutinarias en este lugar, aseguran algunos habitantes de la zona. Además, sostienen que se acostumbraron a vivir entre el tráfico de drogas y los riesgos que conlleva este negocio ilegal que se incrementa sin medida.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
