Un tramo corto de carretera en El Zulia se convirtió en el escenario de un capítulo propio de una serie de acción, o un cuento de terror, pues el asfalto fue testigo de cómo Shelsy Sarmiento Caballero y Duvian Julián Omaña Camacho escaparon por salvar sus vidas en un intento que terminó por fracasar, dejando una escena que permanece inconclusa para las autoridades.
La muerte los persiguió en forma de desconocidos ocultos en las sombras, pues el par de jóvenes, ella de 17 años y él de 18, fueron alcanzados en la vía que comunica el sector Las Piedras con el barrio La Milagrosa.
Nadie vio, ni nadie supo exactamente cómo sucedió, pues los cuerpos fueron encontrados minutos antes de que el reloj marcara las nueve de la noche del pasado domingo, 19 de octubre, uno a cada lado de la vía, cada uno con tres impactos de bala que les causaron la muerte en el acto.
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¿Los citaron?
En este sitio, cercano al casco urbano del municipio, en la vía que lleva hacia el corregimiento de Cornejo (San Cayetano), sonaron los numerosos estruendos de bala que alertaron a la comunidad. A pesar de no ser una zona residencial, algunas personas escucharon y alertaron a las autoridades.
Los llamados aumentaron a la vez que más personas se acercaron a ver lo sucedido; era un panorama desolador y confuso. Los testigos confirmaron que ambos jóvenes estaban muertos y bajo sus cuerpos empezaron a formarse charcos de sangre.
La noticia pronto se expandió por el municipio y los familiares de las víctimas fueron hasta el lugar de los hechos al enterarse. Allí, entre llanto y lamentos, dieron una nueva pista que aportó a la reconstrucción de los hechos.
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Poco antes, Shelsy habría llegado a la casa de Duvian para pedirle que la acompañara a “hacer una vuelta”; ambos emprendieron rumbo en la motocicleta del joven, misma que no fue encontrada en la escena del crimen, por lo que los perpetradores del doble crimen se la habrían llevado.
En medio de la oscuridad y ante la imposibilidad de las autoridades de trasladarse al sitio por cuestiones de seguridad, los allegados no tuvieron más remedio que lamentarse en el lugar, mientras operarios de una funeraria recogieron los cuerpos para trasladarlos a Medicina Legal, en Cúcuta.
En la capital nortesantandereana la investigación avanzará, donde deberán establecerse los móviles del hecho, la veracidad de la supuesta cita, y en primera instancia, reconstruir cómo sucedieron los hechos que aún están bastante difusos.