En un mundo saturado de beats urbanos y letras fugaces, Los Hermanos Aicardi deciden bajar el ritmo. Lo hacen con un bolero que no grita, pero duele bonito: ‘Desde la ventana de mi apartamento’.
La canción, una joya olvidada del repertorio de su padre, Rodolfo Aicardi, revive con un nuevo aliento en las voces de sus hijos, Rodolfo y Gianni, justo cuando el calendario marca el mes en que el legendario cantante colombiano habría celebrado un año más de vida.
Sin sobreproducción, sin artificios. Solo guitarras con alma, armonías modernas y una melancolía sincera que se cuela sin pedir permiso.
“Queríamos que la gente joven se acercara al bolero sin prejuicios”, dijeron. Y lo logran: la canción es perfecta para llorar por amor en la madrugada o para reencontrarse con un sentimiento que parecía extinguido.
Lea además: El origen del universo ‘IT’ se desarrollará en serie de HBO
El tema no solo es un homenaje. Es una declaración de principios. La música como puente entre generaciones, como herencia viva.
“Papá nos enseñó a hacer canciones que se sienten de verdad”, afirmaron. Y así suena: como un abrazo cálido en días fríos, como la voz de un ser querido que no se ha ido del todo.
Desde su apartamento, Los Hermanos Aicardi nos invitan a mirar distinto. A volver a escuchar. A recordar que en Colombia también se canta con el corazón partido… y se hereda con amor.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion .