Una ultramaratón de 75 kilómetros, completada en 10 horas y 40 minutos, unió a Cúcuta y Pamplona en un exigente recorrido que puso a prueba la resistencia física y mental de los atletas locales.
El evento hizo parte de un proyecto de atletismo aficionado que nació a partir de la ciclovía nocturna en la capital nortesantandereana y que hoy busca consolidarse como una iniciativa de impacto deportivo y social en la región.
La competencia tuvo como punto de partida el sector conocido como El Patín de las Frutas, en el Malecón de Cúcuta, a un costado del patinódromo.
Desde allí, los corredores iniciaron un tramo urbano de aproximadamente 13 kilómetros, que incluyó pasos por la glorieta del Puente de Guadua, el puente San Rafael, el Parque del Agua y la entrada al municipio de Los Patios. En este trayecto se ubicó el primer punto de hidratación, en el sector de Montebello, en el kilómetro 12.6.
Posteriormente, la ruta avanzó hacia un tramo interurbano y montañoso, comprendido entre los kilómetros 13 y 40, atravesando sectores como Los Vados y La Garita.
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En este segmento se habilitó el segundo punto de hidratación en El Kiosko, a la altura del kilómetro 22.1, antes de continuar hacia la entrada a Bochalema. El tercer apoyo logístico se dispuso precisamente en este municipio, en el kilómetro 39.8, previo a las duras ascensiones rumbo a Pamplona.
Las cuestas finales representaron uno de los mayores desafíos del recorrido, con 2.500 metros. Para Juan Díaz, uno de los protagonistas del reto, el factor mental fue determinante.
“Hay un momento en el que ya no depende de tus piernas, sino totalmente de tu mente y de la determinación que tengas”, aseguró, al destacar la exigencia de este tipo de eventos.