En una ‘selva de indigencia’ se convirtieron las avenidas 7A del barrio Sevilla y 7 de Pescadero, por la presencia de habitantes de calle en el sector, generando pánico entre los vecinos, transeúntes y hasta conductores.
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La tranquilidad que tenían estos dos barrios de la Comuna 5 de Cúcuta, separados por una vía, rodeados de varios parques y de la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria quedó atrás desde hace unos tres años, cuando varios habitantes de calle comenzaron a arribar al sector para pedir monedas, comida, dormir o hacer de las suyas.
Al principio en esa zona, donde hay talleres de mecánica, panaderías y otros negocios, la gente no prestó atención a la llegada de estas personas, pues la cercanía con el Canal Bogotá y el centro de Cúcuta hacía normal que buscaran refugio temporal en otras partes.
En otras palabras, los consumidores pasaron de deambular por el centro para tomarse los parques y alrededores de la iglesia para consumir drogas, dormir, hacer sus necesidades fisiológicas y algunos –denuncian- hasta atracar personas.
Así fue como la gente le tuvo miedo a dejar salir a sus hijos a jugar en las canchas o en los parques. Los escenarios deportivos dejaron de ser templos del fútbol o el baloncesto para convertirse en el refugio de los consumidores y, al parecer, hasta se prestan para el expendio de estupefacientes.
“No hay que decir que son colombianos o venezolanos, porque son iguales. Muchos son ladrones y vienen a vender elementos de hierro como las tapas de los contadores del agua y la luz, entre otras cosas. Los jíbaros del barrio (Sevilla) los ponen a vender por acá”, dijo un vecino.
Un equipo periodístico de La Opinión evidenció el robo y la venta de elementos, la ciudadanía mostró varios contadores que esconden entre madera y piedras. Prueba de ello, un habitante de calle arribó a ofrecer una herramienta de carpintería a cambio de un pastel.
“Acá toca estar pendientes las 24 horas del día y los 7 días de la semana, en cualquier momento se acercan, sobretodo en la noche, y se roban las cosas de valor que puedan vender en varias chatarrerías que hay cerca del Canal Bogotá a cambio de dinero para drogas. En Sevilla estamos ‘mamados’”, sostuvo un vecino.
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Los corren y vuelven
Los habitantes de calle demuestran su viveza al esconderse de las autoridades, cuando cumplen con la vigilancia del sector. Se esconden en un canal o huyen rápidamente hacía los alrededores de la Terminal de Transportes de Cúcuta.
Las autoridades vigilan constantemente esa zona, pues ya han recibido quejas de la ciudadanía por los robos. Cuando una motocicleta de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) llega la tranquilidad de los vecinos retorna, pero por pocos minutos. Los consumidores saben que los uniformados no van a estar siempre en ese punto, por lo que solo parecen seguirles el juego de correr cuando los ven y a los pocos minutos vuelven.
Carlos Arturo Cornejo Blanco, presidente comunal de Pescadero, indicó que la situación ha traspasado a su barrio, afectando a varios vecinos, que están preocupados por los robos.
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Cornejo indicó que hubo un tiempo en el que, al parecer, consumidores les cobraban $2.000 a los padres de familia por pasar a sus hijos por un puente que conecta Pescadero con una institución educativa. “Es complicado que dos uniformados en moto cuiden tantos barrios. Al lado de la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria hubo un CAI, lo cerraron”, añadió el líder barrial.
Alejandro Martínez, secretario de Seguridad de Cúcuta, indicó que desde su dependencia se ha trabajado junto con el Departamento Administrativo de Bienestar Social con el traslado voluntario de habitantes de calle hacía un centro de paso para que ingresen a un proceso de resocialización, además del aumento de uniformados a la zona.
“A un habitante de calle no se le puede capturar por ser de esa población, por lo que se trabaja con diferentes entidades para prevenir que las personas caigan en ese flagelo”, añadió Martínez.
Juan Raúl Santaella, coordinador del programa Habitante de Calle del Departamento Administrativo de Bienestar Social, indicó que en las 10 comunas de la ciudad, en espacial en las 1, 2 y la 6, se han ejecutado acciones para caracterizar a los habitantes de calle, con el fin de invitarlos a resocializarse.
“Se han atendido a cerca 186 personas en condición de calle en el tema de autocuidado, luego los servicios que el municipio tiene para ellos. En el sector de Sevilla se han trasladado a 36 personas, que son casos exitosos. Seguimos con la tarea”, añadió Santaella.
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