Cuando a un cucuteño le preguntan por un lugar seguro, con un ambiente tranquilo y donde, aparte de todo, se pueda disfrutar de bebidas y comidas, sin duda alguna el barrio Los Caobos es una buena opción.
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Sin embargo, la imagen que tiene ese prestigioso barrio está opacada, luego de una serie de hechos violentos ocurridos allí, además del azote de la delincuencia a las residencias. En menos de un mes, hubo dos ataques sicariales, en los que por suerte las víctimas sobrevivieron, sumado a los constantes robos de los habitantes de calle de cuanta cosa encuentran en los porches de las viviendas.
Los habitantes de Los Caobos no saben en qué momento su barrio dejó de ser una zona segura y la comunidad lleva meses implorando por mayor presencia policial.
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Los letreros
El año pasado, los vecinos pusieron en las ventanas, porches y puertas de sus casas letreros con el ‘S.O.S. Los Caobos’, simbolizando el ‘grito de auxilio’ para que la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) y la Alcaldía de Cúcuta intervinieran urgentemente.
Han pasado los meses y las personas, reclaman que en esta zona se pagan unos de los impuestos, recibos y hasta arriendos más costosos de la ciudad, por lo que merecen atención.
Mary Stapper, presidenta comunal de Los Caobos, se reunió en agosto con funcionarios de diferentes despachos y el alcalde Jairo Yáñez, Migración Colombia y la Policía, para pedirles una solución al respecto. Han pasado cerca de seis meses y nada ha cambiado.
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Stapper explicó que en el barrio se sienten desamparados y la delincuencia sigue haciendo de las suyas. “Los habitantes de calle y drogadictos son cada vez más agresivos con la comunidad. Se roban las llaves de paso, hurtan espejos, amenazan a la gente. Y como si fuera poco, el sector se ha convertido en sitio de paso para perseguir delincuentes. Es horrible, que un barrio tan bonito no sea atendido por la Alcaldía”.
Sobre la presencia de patrullas motorizadas, muchos agradecen que hagan presencia, pero no es suficiente, pues es como si los uniformados y los habitantes de calle jugaran al ‘gato y al ratón’ y una vez son alejados de los puntos comerciales o residencias al rato regresan.
Poco interesa
Al respecto, el general Óscar Moreno, comandante de la Mecuc, aseguró, sin más detalles, que esa zona cuenta con “un buen dispositivo de seguridad”.
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La JAC de Caobos espera reunirse nuevamente con el alto mando policial, para explicarle lo complicado de su panorama.
Los empresarios están inconformes
La inseguridad también afecta a los restaurantes, pizzerías y gastrobares de la zona. Los clientes quieren evitar que les roben algún elemento del carro o los acosen mientras comen o disfrutan de sus bebidas.
“Los clientes están preocupados porque Los Caobos era reconocido por ser un lugar tranquilo, donde alguien puede compartir un momento agradable sin estar pensando en que lo van a atracar y, mucho menos, a asesinar. Me da miedo que las ventas bajen por esa inseguridad”, dijo uno de los comerciantes.
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Cesar Angarita, representante de los negocios de esa zona, indicó que se está buscando combatir el microtráfico en los alrededores, pues “este flagelo se disfraza con recicladores. Hemos contratado vigilantes para el cuidado de los carros…”, dijo.
Angarita exigió la presencia de la Policía de Infancia y Adolescencia, especialmente en los semáforos, para que malintencionados no utilicen a los niños para pedir dinero.
Luis Miguel Morán, propietario de un restaurante, indicó que allí se vive una situación alarmante, debido a las personas en situación de calle, quienes importunan a los clientes y hasta les ocasionan problemas con la empresa de recolección de las basuras; ellos rompen las bolsas.
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“Uno se sienta en el restaurante y los ve limosneando. Respecto a la inseguridad también es difícil y está en toda la ciudad, al ser Los Caobos una zona turística, puede verse más afectado”, indicó Luis Miguel.
¿Las soluciones?
René Díaz Granados, director del Departamento Administrativo de Bienestar Social, explicó que desde la reunión con la JAC de Los Caobos se ha trabajado para dar una solución y brindar la oportunidad a los habitantes de calle de hacer parte del Centro de Oportunidades, espacio donde se trabaja para resocializarlos.
Aunque la tarea es difícil -dice- algunos de ellos son migrantes y el proceso de resocialización es aún más complejo, debido a que los familiares no se encuentran en Colombia.
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“Ha habido casos donde les ubicamos familia en Perú y Ecuador. La meta es que en el Centro de Oportunidades los habitantes de calle que están en ese sitio y otros puntos ‘rojos’ de la ciudad, respecto a esta problemática, salgan de las calles, sus adicciones y se reincorporen a sus familias y un empleo”, indicó Díaz Granados.
Sobre la delincuencia en la zona, Alejandro Martínez, secretario de Seguridad Ciudadana, explicó que en las últimas semanas se han implementado diferentes operativos, para salvaguardar este punto importante para el turismo y la economía cucuteña. “Operativos de control; uno de ellos ‘Por su seguridad, Pare’, donde se revisan antecedentes y hay acompañamiento de Migración Colombia y el Ejército”, indicó.
Según Martínez se está trabajando en la vigilancia a los semáforos, para evitar que exploten laboralmente a niños y niñas.
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