Está desbordando cualquier imaginación la corrupción en Colombia.
Anteriormente, se daban noticias sobre ella de manera aislada, hoy, pululan los casos desde nivel de candidatos a la presidencia hasta un sector que se había caracterizado por colocar muertos en defensa de la justicia y que hoy irrumpe con auge en el mundo judicial.
Hoy se comenta en los noticieros y diarios, la noticia conocida pero ya confirmada, los candidatos Zuluaga y Santos recibieron dineros para su campaña de la firma ODEBRECHT. En países democráticos como Brasil se condenó a 9 años de prisión a Lula, hecho que refleja la seriedad y rectitud en estas investigaciones.
Es justo que el ente encargado de investigar a estos candidatos, el Consejo Nacional Electoral se pronuncie abriendo la correspondiente investigación, un mensaje erróneo en sentido contrario, sería mandar a la opinión pública la viabilidad de delinquir sin ser castigados, se pierde la legitimidad del actual gobierno, en que queda la posición del Nobel de la Paz, que luchó para conseguir el acuerdo de paz mientras se entronizó en la presidencia con dineros mal habidos, según resultados de la Fiscalía.
Cayó el Fiscal Anticorrupción, que vergüenza para el país, otros fiscales han sido denunciados por hechos similares.
Y recientemente en el Meta se involucran 22 personas entre Abogados, Jueces, Magistrados, además de otros casos a nivel nacional que prende una alerta amarilla en la justicia, siendo la obligación de esos funcionarios, defenderse y probar la inocencia que defienden, ya que si la sal se corrompe, se pierde la institucionalidad y la justicia que debe brillar por su rectitud por encima de todo.
En comunicado sencillo pero claro y contundente, el Tribunal Superior del Meta, afectado en su imagen, resaltó la afectación de la justicia, estando a cargo de cada uno de los implicados demostrar su inocencia, esperando resultados que fortalezcan la justicia.
Ciertamente, son lamentables los sucesos de marras, el Consejo Seccional señalaba las sanciones que se han impuesto contra abogados y jueces, las investigaciones que se adelantan, pero, el rigor de la justicia debe aplicarse con total independencia y serenidad de criterios, por el bien de la justicia, así como es menester y así se viene comentando hace días la imperiosa necesidad de encabezar con las Altas Cortes y Tribunales, una campaña de moralización y trasparencia de la justicia en sí, por la delicada misión que tienen quienes administran justicia y bien lo decía hace dos noches el presidente de la Corte Suprema ante los hechos del Meta, que la ciudadanía debe confiar en sus jueces, pero, para ello, es menester, limpiar el nombre de la misma y recuperar la confianza que se pierde con estos casos reiterativos.
Son casos excepcionales, pero que por su trascendencia dañan la imagen de tantos funcionarios y empleados honestos que laboran en las diferentes entidades que conforman el sistema nacional de justicia, vengo de administrar justicia y por ello, la defiendo pues se que son casos aislados, siendo muchísimas más las sentencias trasparentes, que definen los casos en controversia, por ello, considero y así lo he expuesto en conversaciones con Magistrados del país, que es punto referente a incluir en los Congresos y Encuentros de la Jurisdicción Ordinaria y Administrativa, que con el Consejo de Estado ya viene implementando medidas en busca de una justicia eficaz y sobre todo recta.