107 precandidatos a la Presidencia en el último conteo, 91 de los cuales se inscribirían por firmas. Parece una mar de confusión pero hay caminos claros. Para empezar, el embudo natural de la política. En apenas unas semanas, la mayoría quedará en el camino. A más tardar el 17 de diciembre, los comités promotores deben entregar un mínimo de 635.216 firmas válidas a la Registraduría. En realidad deben presentar muchas más porque una gran cantidad se invalidan en la revisión. Del casi centenar de quienes irían por firmas es previsible que pasen el filtro Vicky, de la Espriella, Aníbal Gaviria y Claudia López.
Hay dudas sobre Santiago Botero, Carlos Caicedo, Lizcano, Luna y Oviedo. Mauricio Cárdenas, Peñalosa y Marta Lucía no tienen aval de partido ni se presentaron por firmas. Un segundo cedazo lo harán los partidos al seleccionar su candidato. El Pacto Histórico ya tiene. Del partido Conservador solo irá uno. Del Centro Democrático quedará dos hasta fines de enero, entre Cabal, Holguín, Paloma y Uribe L. Las encuestas son el tercer tamiz.
En otras elecciones, en noviembre los precandidatos que no marcaban más del 3% se retiraban. La ley que prohibió hacer encuestas de medición de intención de voto hasta el 31 de octubre dejó ciego el proceso y los precandidatos quedaron grupos armados…”, rango de edad compartido por la Corte Penal Internacional, que tipifica el reclutamiento como crimen de guerra.
La Convención sobre los Derechos del Niño (1990) definió la niñez hasta los 18 años, aunque dejó la posibilidad a las Fuerzas Armadas de reclutar menores entre 15 y 18, pero lo prohibió a grupos que no pertenezcan a las fuerzas armadas de un Estado. En Colombia, por ley se es niño entre 0 y 12 años y adolescente entre 12 y 18, y el Código Penal tipifica como delito el reclutamiento de menores de 18 años. Fin de la discusión.
El mismo procurador Osuna, a pesar de su galimatías inicial, lo dejó claro: “Los niños reclutados siguen siendo niños, pero también son combatientes. Y si se trata de un combate militar, se les aplica el régimen de los combatientes”.
Desde la Operación Berlín (2010- 2011), cuando las Farc pretendían cruzar el país con un ejército de niños que fue interceptado y, según medicina legal, murieron 28, aunque más de 70 para las narrativas de la izquierda, como señala María Fernanda Cabal en uno de sus ensayos, “la izquierda abrió un juicio moral contra el Ejército, pero se le olvidó abrir un juicio moral contra quienes utilizaron a menores como escudos humanos para evitar la acción legítima de la Fuerza Pública”.
No es una discusión nueva ni bizantina, sino interesada para deslegitimar y atar las manos de quienes deben defendernos porque la Constitución no solo lo autoriza…, lo ordena. Y punto. @jflafaurie a la expectativa. Pero ya empiezan a aparecer los resultados.
Contrario a lo que muchos en la oposición sostienen, es útil y menos riesgoso que a estas alturas haya muchos precandidatos y no uno solo. Esos precandidatos recorren el país y abarcan poblaciones que uno solo no podría. La cobertura geográfica y temática que tienen es mucho mayor. A
demás, muchos precandidatos hacen más difícil los ataques ad hominem que, corriendo la línea ética, hará la izquierda. Así las cosas, a mediados de enero tendremos un panorama muchísimo más despejado y menos de una decena de candidatos.
Como vamos, la izquierda contará con Cepeda y debe resolver la incertidumbre de si podrá realizar una interpartidista con Barreras, asumiendo que su partido mantenga su personería jurídica, asunto aún dudoso, y con Juan Fernando Cristo, a quien la Constitucional le salvó el suyo. Es previsible que Fajardo, a quien le coquetean desde todos los flancos, no se monte en ninguna coalición y siga solo. ¿Será Oviedo su fórmula vicepresidencial?
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