
Desde el corazón de Las Vegas, el encuentro tecnológico de Google Next 2025 dejó un mensaje contundente para el mundo, y especialmente para países en desarrollo como Colombia: la Inteligencia Artificial (IA) no es solo una herramienta de innovación, sino el eje transformador del futuro empresarial y gubernamental. Pero este avance debe ir anclado a un sistema de ciberseguridad robusto, marcos normativos claros y un comportamiento ético incuestionable.
Durante el evento, los líderes globales de Google y del sector empresarial coincidieron en una premisa clave: la seguridad digital ya no puede ser tratada como una preocupación secundaria. Es, hoy más que nunca, un pilar indispensable para la confianza, la adopción tecnológica y la competitividad. Las soluciones presentadas mostraron cómo la IA puede predecir, prevenir y mitigar riesgos asociados a la manipulación de datos y al uso de sistemas inteligentes, elevando los estándares para gobiernos y empresas por igual.
Colombia ante el desafío: normativa, gobierno inteligente y talento
En este contexto global de transformación, surge una urgente llamada a la acción para Colombia. El país necesita avanzar hacia un modelo de Gobierno Inteligente, que combine innovación, transparencia, eficiencia institucional y uso ético de la tecnología. Esto implica optimizar servicios públicos, gestionar mejor el territorio, mejorar la seguridad ciudadana y elevar la calidad de vida de la población.
No obstante, la tecnología por sí sola no resolverá los problemas estructurales. La clave está en invertir estratégicamente en capacidades humanas y tecnológicas, desarrollando talento desde la base: educación en todos los niveles, formación técnica y profesional especializada en IA, y fortalecimiento de la cooperación entre el sector público, privado y la academia.
El momento es ahora
Colombia tiene las herramientas, el talento y el potencial para posicionarse en la “liga premier” de los países confiables para invertir e innovar. Pero lograrlo dependerá de decisiones audaces y coordinadas, y del compromiso conjunto entre gobierno, empresas, academia y ciudadanía.
Es momento de hacer historia, no de quedar atrapados en ella. ¡Manos a la obra!
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