De acuerdo con la unidad de Víctimas (31 de agosto de 2021) más de 4000 personas LGBTIQ+ han sido víctimas del conflicto armado en Colombia.
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Sin embargo, estas cifras reflejan altos índices de sub-registro e invisibilización de las violencias. El desplazamiento forzado ha sido el hecho de victimización más recurrente, seguido de la amenaza, los delitos contra la libertad y la integridad sexual, los actos terroristas, atentados y combates.
Como el caso de una mujer lesbiana del Bajo Cauca Antioqueño quien relató: “Ellos abordaban a la persona y le daban, por ejemplo, un día. Si era la vaina, así como cuando la persona era portadora, le decía, no le daba ni hora ya, ‘te perdés de la zona hijuetantas, que te vamos a dar candela porque vos tenés sida’. Y era hablando y perdiéndose la persona, y a otras personas según los motivos, ‘piérdase de la zona, le damos tres días”.
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Por su parte, una mujer trans en Bogotá contó: “Decían muchas personas que sufrieron de ese problema que tenemos aquí en Bogotá, tenemos a cuatro aquí en Bogotá que sufrieron de ese problema de ser obligados a tener relaciones sexuales con guerrilleros y paramilitares, no usaban barrera de protección. El uso del condón no era una cosa que les preocupara, porque ellos eran hombres y el único que podía tener sida era el marica, a ellos no se les pegaba el sida por ser hombre”.
Así mismo, se encuentran historias de personas que fueron asesinadas, pero cuyo recuerdo sigue vivo en la memoria y el corazón de otros activistas, como es el caso de Álvaro Miguel Rivera, un hombre abiertamente gay, que trabajaba como activista por el departamento del Meta y fue asesinado el 6 de marzo de 2009.
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“Es que Álvaro no solamente era un hombre gay, era un hombre que vivía con VIH, era un hombre víctima del conflicto armado, era un hombre de extracción rural, un homosexual que no solamente fue desplazado también de conflicto armado, pero también fue desplazado por su orientación sexual de la casa de su familia desde su adolescencia. Entonces creo que Álvaro Miguel reúne y todo el gran aporte que ha hecho, Alvarito nos hizo para el movimiento LGBTI en Colombia y para todas las personas viviendo con VIH algo inconmensurable y que tiene que quedar pieza reconocida”, menciona una de las personas entrevistadas.
Estos relatos recopilados en un informe, del Caribe Afirmativo, la Corporación Red Somos y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, entregado a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y su equipo de trabajo de género es un hito histórico que reconoce la afectación de las personas que viven con VIH.
Es una recopilación que da cuenta de la atrocidad del conflicto armado en Colombia y visibiliza las permanentes luchas por la dignidad de las personas, organizaciones y comunidades. VIHdas Truncadas: da la voz a las personas y denuncia las violaciones de derechos de las que fueron víctimas.
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Finalmente, la información presentada concluye con que la violencia contra personas viviendo con VIH y sus organizaciones han sido diferenciada en relación con las dinámicas del conflicto armado en Colombia.
Tales violencias han sido sistemáticas, pues han ocurrido a lo largo del tiempo, al menos desde que el VIH ha sido objeto de atención activista y pública. Es posible identificar un patrón común que inicia con el hostigamiento y las amenazas, continúa con tratos crueles y denigrantes y termina en desplazamientos forzados.
En algunos casos, incluso con homicidios y feminicidios selectivos y con una cierta aceptación o complicidad de la comunidad.
Fuente: VIHDAS TRUNCADAS
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