Con el diálogo de bandas criminales locales, el presidente Gustavo Petro busca salvar el fracaso de la paz total que tuvo con el Eln, Clan del Golfo y disidencias de las Farc.
Lo que Petro prometió en su llegada a la Casa de Nariño como una paz total y el fin de los grupos armados organizados en su gobierno, quedó limitado ahora a un diálogo con bandas criminales de mucho menor impacto.
“No salvo políticas, salvó vidas”, señaló el presidente en un mensaje en su cuenta de la red social X, en el que señaló que ahora se enfoca en desmantelar las bandas criminales porque “La mayor parte de los homicidios en Colombia se cometen en las ciudades grandes y por las bandas”.
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Según el presidente, “los procesos de Barranquilla, Medellín hasta hace poco, Buenaventura y Quibdó, han sido relativamente exitosos”. Igualmente, explicó que su enfoque está ahora en lograr una paz urbana para lograr el desmantelamiento de bandas criminales.
“El desmantelamiento de las bandas es a las buenas o a las malas. Para eso dialogan en todas las ciudades del país. Buscamos que las bandas de Bogotá entren al diálogo para disminuir la violencia en la capital”, agregó.
Frente al marco jurídico que se realiza con estas bandas criminales, Petro aceptó que “el diálogo no suspende la acción represiva ni jurídica del Estado”, por lo que dio el aval a la extradición a los Estados Unidos de Pipe Tuluá, líder criminal en esta zona del Valle del Cauca y responsable de asesinatos y muertes de guardianes del Inpec.