Hace 19 días la Cámara de Comercio de Cúcuta se quedó sin presidente ejecutivo, luego de que al titular de ese cargo, Armando Peña Castro, se le terminara el contrato, y la división que persiste al interior de la junta directiva ha hecho imposible, hasta el momento, que se designe un sucesor.
La junta ordinaria y las dos extraordinarias que se han celebrado desde entonces han resultado insuficientes para que los nueve integrantes del máximo órgano de la entidad se pongan de acuerdo y puedan elegir al menos un representante legal suplente, mientras se resuelve la designación de uno en propiedad.
El desgaste producido por el tire y afloje entre los directivos ha llegado a tal punto que, incluso, esta semana uno de ellos decidió presentar su carta de renuncia.
En el encuentro más reciente que tuvo lugar el miércoles se sometió a consideración, una vez más, la elección del presidente y uno de los nombres que volvió a aparecer sobre la mesa fue el de Peña Castro, pero su designación definitivamente sigue generando resistencia entre los cinco miembros del bloque mayoritario y por eso, solo logró conseguir el voto de los cuatro restantes.
Con este ya serían cuatro los intentos fallidos por darle continuidad al saliente presidente, pues en anteriores juntas también se propuso encargarlo, primero por seis meses y luego por dos, pero esto no fue aprobado. En una nueva junta su nombre se mencionó otra vez, pero esa idea ni siquiera fue sometida a votación.
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Esa falta de acuerdo entre los dos bloques que ha impedido tomar una decisión, por apenas un voto, desató el malestar de algunos directivos como Luis Alfredo Quintero y Wilman Tarazona, quienes le han pedido a la presidenta de la junta, Rocío Romero, su renuncia al cargo.
Quintero le reprocha que como delegada del Gobierno Nacional en el máximo órgano de la entidad y mucho más como su cabeza visible, no sea coherente y “no dé ejemplo de ecuanimidad”.
Para el empresario, no se entiende cómo si los otros dos delegados del Ejecutivo mantienen una misma posición para la elección de presidente, Romero no respete esas mayorías y adopte una decisión en bloque que permita sacar a la Cámara de la crisis de gobernabilidad en la que se encuentra.
Por eso, Quintero insiste en que la culpa de lo que se está viendo hoy en la entidad es del Gobierno Nacional, puesto que sus delegados están divididos y así no será posible nunca lograr el resultado que se necesita para destrabar la elección.
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Tarazona, por su parte, fue mucho más crítico y manifestó que la presidenta debe dar un paso al costado, puesto que no convoca, no une, “sino que está particularmente buscando la manera de velar por sus intereses personales y eso no se puede permitir”.