Pese a la crisis actual, está convencido de que “se puede liberar a estas comunidades, esclavizadas por los grupos armados que las dominan para sacar las riquezas que tiene Colombia, incluida la maldición de la coca”.
Sobre cómo hacerlo, indicó que de la mano de la Fuerza Pública y planteó que lo primero es recuperar los territorios, pero al mismo tiempo llevar desarrollo.
Pero esta es una promesa que ya han escuchado muchas veces los catatumberos, a quienes les han vendido los programas de sustitución de cultivos como la fórmula del progreso, pero luego de años, todo sigue igual o peor.
Frente a esto, Pinzón respondió que, “el peor error ha sido tratar de hacer eso sin ofrecer seguridad”. Sostuvo que primero hay que derrotar a los grupos armados y luego sí comenzar a pagarle a la gente, no por la coca, sino por sus cultivos de yuca, plátano, cacao, etc.
“Me voy a arriesgar a eso. Colombia necesita recuperar sus Fuerzas Armadas para proteger la gente y derrotar a quienes son violentos, pero también necesita llevar desarrollo, progreso, oportunidad”, sostuvo.
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Las relaciones con Venezuela
Sobre el relacionamiento con Venezuela, Pinzón espera que una llegada suya a la Presidencia de Colombia coincida con un gobierno distinto en el vecino país.
“Confío en que cuando llegue ya no esté el régimen de Nicolás Maduro. Hago votos para que eso ocurra”, expresó, pero de no ser así, plantea acciones que vayan en función de fortalecer la seguridad y mantener la diplomacia.
¿Cómo? Por un lado, “Vamos a tener mano firme y puño de hierro contra el crimen y con quienes atenten contra los colombianos. Eso ya lo sabemos hacer, lo hemos hecho y lo volveré a hacer con contundencia, sin dudarlo”, advierte.
Por el otro, “vamos a tratar a los adversarios con dignidad y facilitar el comercio para que los colombianos y venezolanos no se afecten la frontera”, apunta, descartando por completo un cierre de frontera: “Nunca lo haría”, sostuvo, a menos que se presente algún tipo de agresión.
Lo que no escatimaría sería el aseguramiento de la frontera, sobre todo porque considera que quienes más la usan hoy “son los delincuentes, el tráfico de drogas, cosas que no son buenas para nuestro país”.
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