El presidente de la República, Iván Duque, llegó el viernes a Cúcuta, como preámbulo de lo que será el traslado hacia Venezuela de las toneladas de ayuda aportadas por varios países, dispuesto para hoy desde las 9:00 de la mañana en los cuatro puentes internacionales.
En el aeropuerto internacional Camilo Daza recibió a sus homólogos de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y de Chile, Sebastián Piñera. En la tarde y de manera sorpresiva se encontró con el presidente interino del vecino país, Juan Guaidó.
Horas antes de que empiece la movilización de los alimentos y medicamentos y en medio de la expectativa que esto ha generado, Duque conversó en exclusiva con La Opinión, sobre esta acción y lo que puede venir para Norte de Santander.
El concierto del viernes y el traslado de las ayudas, este sábado, hacia Venezuela han generado toda una expectativa en esta zona de frontera, pero también mucho temor. ¿El Gobierno Nacional ha medido el riesgo de lo que esto puede implicar en términos de seguridad?
Aquí lo que se ha hecho es una acción entre varios países que viene de meses atrás, con el Grupo de Lima, y que se ha visto fortalecida, primero, por el reconocimiento de la gran mayoría de países del hemisferio a Juan Guaidó como presidente de Venezuela y a la Asamblea Nacional como único órgano legítimo democrático en Venezuela. Segundo, esto se ha hecho con una filosofía de cerco diplomático, de no dejar que el discurso belicista o lo que muchas veces ha tratado de recrear el dictador y el usurpador de Venezuela, que es generar el fantasma de una invasión, para tratar de ganar legitimidad, se imponga. Aquí lo que hay es una acción articulada y diplomática muy importante.
Pero, ¿tienen el control?
Lo que se está haciendo hoy (el viernes) y mañana (este sábado) es una acción humanitaria entre varios países y acompañada por el secretario de la Organización de Estados Americanos. ¿Qué es lo que nosotros hemos planteado como país? Recibir la ayuda, acopiarla, ayudar en la distribución, pero el ingreso estará a cargo de voluntarios venezolanos. Quiero ser enfático en que hoy Colombia le ha demostrado al mundo que ha recibido hermanos venezolanos con un gesto de fraternidad, de amistad y de atención integral y que Colombia no está en plan de agresión al pueblo venezolano. Una recuperación de la institucionalidad en Venezuela, de su aparato económico, es una bendición para Colombia y especialmente para esta región que ha sido la gran damnificada de la dictadura de Venezuela.
Si no logran ingresar hoy las ayudas a Venezuela, ¿qué sigue, cuál es el plan?
Siempre he creído que impedir el ingreso de la ayuda humanitaria es un crimen de lesa humanidad, mucho más cuando hay personas que se están muriendo de hambre en Venezuela y que no tienen medicamentos. Tengo la esperanza de que mañana (hoy) cuando lleguen los ciudadanos venezolanos a los puntos fronterizos para ayudar a recoger esa ayuda, será una invitación a que las fuerzas militares de Venezuela se ubiquen en el lado correcto de la historia, que es facilitar el ingreso y reconocer la legitimidad de la Asamblea Nacional y del presidente Guaidó.
Pero, si definitivamente no es posible que crucen los camiones, ¿qué pasa?
Creo que la dictadura siempre ha tratado de hacer actos irracionales y el mundo los está viendo. Los ojos del mundo están puestos hoy en esta región; los ojos del mundo están en esos puntos fronterizos y el mundo se dará cuenta de lo que está haciendo la dictadura si es que lo impide.
¿Qué podría suceder si en medio de la movilización de las ayudas se genera un choque y alguien dispara del lado venezolano?
El único responsable de cualquier acción violenta, este fin de semana, sería el dictador. Pero, de nuevo, tengo el optimismo de ver al pueblo venezolano encontrándose con sus fuerzas militares y ubicándose juntos en el lado correcto de la historia.
Cuando usted habla de que esta operación es un cerco diplomático, ¿está dando un rotundo ‘no’ a la presencia de tropas extranjeras’?
He sido muy claro: tenemos que valorar lo que se ha hecho, el discurso no puede ser belicista. La dictadura siempre ha tratado de usar ese fantasma, pero lo que hemos demostrado todos estos meses es que el cerco diplomático es irreversible. No se había visto en la historia reciente de América Latina y quizás en su historia, que la gran mayoría de presidentes del hemisferio reconozca a otro presidente, producto de una decisión soberana de la Asamblea Nacional para que él encabece la transición institucional. Este es un mensaje contundente: la diplomacia está por encima de cualquier discurso de carácter militar.
¿Al no decir tajantemente ‘no’, pareciera que se estuviera dejando una puerta abierta al respecto?
No estoy dejando abierta ninguna posibilidad militar. Lo que estoy diciendo con claridad es que más importante que cualquier discurso militar, aquí lo que estamos demostrando es la fuerza de la coordinación diplomática.
¿Qué les respondería a quienes dicen que usted es el mejor presidente que ha tenido Venezuela?
Lo que creo es que uno obra por principios. Entendamos una cosa, somos países hermanos; Colombia y Venezuela comparten una historia binacional que amerita no ser indiferentes frente a lo que ocurra en el país vecino. Gran parte de los problemas que hemos tenido, es porque cuando esa dictadura empezó a destruirlo todo, faltó más preocupación y atención desde Colombia. El pueblo venezolano necesita la fraternidad del mundo y la diplomacia se hace con principios, no se hace con hipocresía. No tengo duda de que el éxito de Venezuela, será también el éxito de Colombia.
Lo que viene para la región
Se van a cumplir cuatro años con la frontera cerrada y durante este tiempo, evidentemente, no se ha preparado un plan que le permita a Norte de Santander convertirse en ese gran proveedor de Venezuela, cuando sea posible la transición democrática en el vecino país. ¿Este Gobierno sí tiene ese plan?
El Gobierno Nacional ha planteado cosas muy claras. En primer lugar, está el proyecto de ley de la región franca, para el área metropolitana de Cúcuta, que no solamente es importante en la coyuntura que tenemos hasta ahora de afectación, sino en un escenario de recuperación, porque permite un rápido asentamiento de enclaves industriales y de producción, para atender lo que sería un crecimiento paulatino de la demanda agregada en Venezuela, el día después o cuando se dé la reconstrucción institucional. Por otro lado, quiero destacar algo, y es que a esta región la está viendo el mundo y están reconociendo el esfuerzo que se ha hecho. Ver la fraternidad, la atención, la generosidad y la apertura también es un mensaje muy claro que el mundo va a interpretar a la hora de ver a esta región como un lugar que puede ser atractivo para generar inversión, pensando en la futura recuperación de Venezuela.
¿Se compromete a que esa atención que le ha dispensado el Gobierno a la transición de Venezuela, también se la dedicará a Norte de Santander en el llamado ‘día después’?
Creer que en seis meses se van a solucionar todos los problemas, pues lógico que eso no va a pasar, pero sí hemos hecho el ordenamiento institucional para que esta sea una de las regiones que más rápido se transformen y que pueda ver con éxito un cambio de la economía ilegal a unas lícitas, en donde se valore el desarrollo agroindustrial, industrial y el comercio. Tengo una atención especial por esta región. Norte de Santander me acompañó con muchísimo ímpetu en la campaña y hoy tengo un especial cariño por esta región.
A propósito de la ley que plantea una Zona Económica y Social Especial para Cúcuta y su área metropolitana, ¿en qué va este proyecto?
Esperamos que este año sea una realidad. He visto que las propias bancadas del departamento han querido enriquecer el proyecto. Se habla de nuevos negocios, algunos han sugerido también que tengamos tarifas diferenciadas para negocios existentes. Todo esto se puede analizar para enriquecer el proyecto.
¿Le dará mensaje de urgencia?
Puede que sí y puede que no, porque cuando hay un consenso grande, esto puede acelerar el proceso legislativo. Ahora, estamos en medio también del Plan de Desarrollo y ahí se pueden hacer menciones importantes a esta iniciativa.
¿Qué otros proyectos se contemplan justamente en el Plan de Desarrollo para Norte de Santander?
Tengo un compromiso con buscar una solución estructural a un tema que ha sido muy doloroso en esta región que es el de la internación de vehículos. Ya emitimos un decreto dando dos años más, pero añoro que podamos encontrar una solución definitiva y creo que esta salida se vería beneficiada si logramos la transición institucional en Venezuela.
Se ha propuesto que en lugar de la internación se contemple la nacionalización, ¿es posible?
Hemos estado evaluando todo. El dolor y la preocupación que han existido aquí ha tenido que ver, primero, con el censo vehicular, para saber de qué universo estamos hablando. También tiene que ver con los trámites y la incertidumbre regulatoria. Entonces, le he pedido a la ministra Ángela Orozco que busquemos una solución estructural. Ojalá en este semestre, o por lo menos en 2019, podamos dejar resuelto esto.
Volviendo a la Zona Económica, su entrada en vigencia implica necesariamente mejorar la infraestructura vial. En ese sentido, ¿qué tanta prioridad tienen para este Gobierno proyectos como el del puente Mariano Ospina?
Hemos tenido dificultades y una de las más grandes es que la gran mayoría de vigencias futuras de infraestructura nos las dejaron comprometidas hasta el 2024. Pero hemos tratado de buscar soluciones para que otros proyectos se incluyan y que también podamos apelar a mecanismos de participación privada. El puente Mariano Ospina es estratégico y vital para la competitividad de la región. Por eso, espero que en el Plan Nacional de Desarrollo quede muy bien definido que esta obra la podamos adelantar en los próximos cuatro años.
Santurbán es otro de los temas que preocupa en la región, teniendo en cuenta que en julio se vence el plazo para ajustar la delimitación, pero a la vez está latente la amenaza de las licencias…
En el caso de Santurbán se ha actuado con mucha responsabilidad. Cuando el Gobierno empezó, prácticamente estábamos avocados a tomar una decisión con relación a la delimitación y la reflexión que hizo el Ministerio fue que la escala que se requería no se tenía y por lo tanto se le solicitó a la Corte Constitucional que nos diera un tiempo adicional y se ha venido trabajando por parte de las autoridades ambientales. En las áreas delimitadas también se debe ser muy claros y absolutamente rigurosos, de que en esas áreas no se puede dar ningún tipo de economía extractiva que ponga en riesgo sus ecosistemas.