La madre superiora de la congregación católica Hermanas Trovadoras de la Eucarística, Anghela del Rosario Angarita González, recibió del alcalde de Pamplona, Humberto Pisciotti Quintero, el acta que la acredita como ciudadana colombiana, en adopción.
El logro es producto de la estadía por varios años en el país, a lo que se le suma la constancia, el esfuerzo, trabajo, ejemplo de superación y carisma que irradia la religiosa.
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De esta manera, el Ministerio de Relaciones Exteriores entregó la nacionalidad que consiste en la concesión que, de forma soberana y discrecional, hace el Gobierno Nacional a los ciudadanos extranjeros a través de una Carta de Naturaleza o de Resolución de Inscripción.
“Recibo la nacionalidad colombiana con mucha gratitud porque lo que soy, tengo y lo que he construido se lo debo a este bello país”, afirmó la religiosa a La Opinión.
La madre superiora recordó que en Pamplona escogió “la fe, la vocación, el amor por la iglesia y los hermanos”.
Sobre lo que significa el obtener la nacionalidad, manifestó que le da más tranquilidad y compromiso de seguir trabajando por las comunidades de la región.
La hermana Angarita González enfatizó que seguirá conservando las raíces venezolanas y que en ningún momento las va a perder.
La historia
La llegada a Colombia de Anghela del Rosario Angarita González se remonta a 1998, cuando tenía 17 años y decidió dejar la familia y tomar rumbo a Bucaramanga para integrarse a la comunidad de los Ermitaños Eucarísticos del Padre Celestial de Piedecuesta, que conoció en su natal Barinas.
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Entró por Cúcuta, pasó por Pamplona y llegó a Bucaramanga, en donde se integró a los Ermitaños.
En ese viaje a la capital de Santander el taxi en que se desplazaba fue interceptado por un grupo de hombres armados que los desvió por la vía a Cucutilla y a ella no le robaron nada.
De ahí, poco después los dejaron seguir la ruta y le atribuye el hecho a un milagro de Dios.
“Tuve inquietud vocacional y mi familia, por su condición social, no estaba de acuerdo que optara por este estilo de vida y menos en estas tierras”, afirmó.
La religiosa narró que se escapó de la casa siendo menor de edad. Dejó todas las comodidades, los estudios, la familia y proyectos profesionales para empezar la vida religiosa.
La comunidad
En 2006, sintió que algo la motivaba a venir a Pamplona y establecerse aquí. Fue así como conoció al arzobispo Gustavo Martínez Frías (q.e.p.d), quien les dio el aval para que fundaran la congregación de las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía, con tres religiosas.
Así fue creciendo el grupo hasta tener a la fecha diez religiosas que se destacan por animar con música las eucaristías.
También usan la bicicleta y patinetas como medio de transporte amigable con el medio ambiente. Practican los deportes, entre ellos el atletismo y el fútbol.
Preparan platos de comidas especiales, elaboran objetos religiosos, crían aves, tejen, bordan y venden las producciones.
Tocan instrumentos de viento, cuerda y de percusión en donde a las alabanzas le imprimen aires folclóricos colombianos y de otras melodías que, según los fieles católicos, les sacude el alma.
La madre superiora es clara al afirmar que ellas se ganan el sustento con el sudor de la frente, ya que el apostolado requiere de inversión en tiempo, dinero y servicio para que puedan darse los resultados.
“Somos multifacéticas. Nos montamos en burro, caminamos y hacemos nuestra misión como Dios lo disponga”, sostuvo la hermana Angarita González.
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