Un diciembre negro viven varias familias campesinas debido a la confrontación armada latente entre guerrilleros del Eln y disidencias de las Farc en la zona del Catatumbo.
La tregua anunciada a partir de la fecha y hasta el próximo 3 de enero fue única y exclusivamente con las Fuerzas Militares, por lo que los agricultores quedaron en medio del fuego cruzado durante la Navidad, denunciaron a La Opinión líderes campesinos de la región.
Según afirmaron, en los últimos días se han recrudecido los combates en sectores como Pachelly, Campo II, Beltrania y La Gabarra, en el municipio de Tibú; Filo Gringo, en El Tarra; y La Bogotana, entre los municipios de Convención y El Carmen. En estas zonas ya se reporta un desplazamiento intraveredal, con pronóstico de que se torne masivo hacia ciudades como Cúcuta y Ocaña.
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“Estamos en constante monitoreo y todos los mecanismos de defensa de los derechos humanos están activados para brindar atención primaria”, manifestó el secretario de Gobierno de Ocaña, Hugo Eduardo Guerrero Bayona, quien aseguró mantener comunicación permanente con las autoridades departamentales.
A sangre y fuego
La disputa por el dominio territorial para expandir los cultivos de uso ilícito, que se intensificó desde enero del presente año, ha sido sangrienta y la crisis humanitaria persiste, pues —según autoridades locales— los alcaldes del Catatumbo han agotado su capacidad de respuesta.
El personero de Ocaña, Jorge Armando Bohórquez Lanzziano, aseguró que “el Catatumbo sigue en guerra; no han cesado las confrontaciones armadas”, lo cual genera una especial preocupación por el uso de drones en medio del conflicto. “Estas acciones causan mayor daño a niños, niñas y adolescentes, así como a civiles que no tienen nada que ver con un conflicto que no les pertenece”, advirtió.
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El funcionario instó a los grupos enfrentados a buscar acercamientos y una salida negociada que permita frenar la escalada de violencia. Asimismo, exigió la presencia del alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, con el fin de encontrar alternativas, ya que continúan llegando a su despacho personas desplazadas “a cuentagotas” para rendir sus declaraciones.
Desplazados llegaron a Cúcuta
Once familias, integradas por al menos 30 personas, llegaron en las últimas horas a Cúcuta tras haber sido desplazadas forzosamente de la vereda Mineiro, en zona rural del municipio de Tibú, como consecuencia de enfrentamientos armados entre el Eln y el Frente 33 de las disidencias de las Farc.
La situación fue denunciada por la Defensoría del Pueblo, que alertó sobre el riesgo humanitario que persiste en el Catatumbo y solicitó a la Alcaldía de Cúcuta brindar atención humanitaria inmediata a las familias afectadas, entre ellas niños y adultos mayores.
De acuerdo con la entidad, este nuevo desplazamiento evidencia la fragilidad de los ceses al fuego anunciados por los grupos armados ilegales, los cuales no contemplan la suspensión de hostilidades entre ellos, dejando a la población civil en medio del conflicto.
Asimismo, la Defensoría hizo un nuevo llamado a estas estructuras armadas para que desescalen las hostilidades, especialmente en una época del año en la que las familias deberían poder vivir en tranquilidad.
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Ayer, la Procuraduría Provincial, la Unidad para las Víctimas (UARIV), la Secretaría de Posconflicto, el ICBF y la Personería de Cúcuta permanecían atentas ante la posible llegada de más familias desplazadas provenientes del Catatumbo, con el fin de definir la atención humanitaria correspondiente.
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