Era 2012 cuando el nombre de Pablo Escobar volvió a retumbar en cada rincón de Colombia, no por nuevos crímenes, sino por el estreno de ‘Escobar, el patrón del mal’, una serie biográfica que retrató de manera cruda la vida del narcotraficante más infame del país.

Andrés Parra, el actor elegido para encarnar al capo, se convirtió en el rostro del terror que Escobar había sembrado años atrás. Pero más allá de la interpretación brillante que le valió el reconocimiento mundial, la experiencia de Parra en el set tuvo un matiz inquietante y hasta sobrenatural, como él mismo lo reveló, recientemente, en una entrevista para La Kalle.

A lo largo de 104 capítulos, el caleño no solo interpretó a Escobar, lo vivió, lo sintió. Su rostro se transformó en el del criminal, y su voz adquirió un tono que parecía venir de otra época, de otra realidad.

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Para muchos espectadores, el realismo de su actuación fue abrumador, casi como si Escobar hubiera regresado. Pero lo que pocos sabían es que, según el propio actor, parte de lo que dijo en la serie no salió ni del guion ni de su propia inspiración, sino del mismo Pablo Escobar.

"Yo siento que hay una energía que llega”, confesó Andrés durante la entrevista, dejando entrever la posibilidad de una conexión inexplicable entre él y el narcotraficante fallecido en 1993.

El actor, de 47 años, no fue el único en sentirlo. Su colega, Cristián Tappan, quien interpretó a Gustavo Gaviria, también experimentó lo mismo. “Nosotros teníamos la posibilidad de improvisar muchas escenas. Hay muchos textos de esa serie que yo estoy seguro de que los dijo él”, aseguró Parra, refiriéndose a Escobar como si, de alguna manera, hubiera estado presente durante el rodaje.

La afirmación de Andrés Parra no es fácil de digerir, pero su convicción es clara. Según el actor, su experiencia interpretando a figuras históricas –como Hugo Chávez en una producción posterior– le ha permitido entender su rol como una especie de “canalizador”.

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En sus palabras, el actor es un vehículo para que “esas entidades empiecen a manifestarse y decir lo que hay que decir”. Esta teoría, aunque controvertida, explica lo que él vivió durante los meses de grabación, cuando por las noches intentaba hablar con Escobar. “Yo le decía, ‘parce, qué necesita decir, qué no está dicho’, y hoy veo escenas que no estaban en el guion, son textos muy bien estructurados que no son míos”.

El actor se cuidó de aclarar que nunca llegó a sentir que se había transformado en Escobar, pero no dudó en afirmar que “ese man me usó a mí”. La confesión, tan escalofriante como fascinante, abrió una ventana a la particular forma en que el actor se prepara para sus papeles.

Según explicó, cuando se trata de personajes que existieron en la vida real, realiza una especie de rito en el que pide permiso al espíritu de la persona que va a interpretar. “A mí los personajes no me importan, pienso más en el equipo”, aseguró. Con estas palabras, Parra no solo reveló su profesionalismo, sino también una profunda conciencia del peso y la responsabilidad que implica revivir a figuras de carne y hueso, sobre todo cuando esas figuras dejaron una huella imborrable en la historia.

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El impacto de ‘Escobar, el patrón del mal’ no solo se sintió en Colombia. La serie fue nominada a más de 30 premios internacionales, de los cuales ganó 15, y fue transmitida en varios países, incluyendo España y Estados Unidos.

A pesar de las múltiples interpretaciones que otros actores de renombre, como Javier Bardem y Benicio del Toro, han hecho del narcotraficante en el cine, críticos coinciden en que el colombiano ha sido el mejor en encarnar a Escobar. Su actuación no solo fue elogiada por su realismo, sino por la intensidad con la que logró plasmar la dualidad de un hombre que, por un lado, fue venerado por muchos, y por otro, fue el artífice de una violencia sin precedentes.

Sin embargo, Parra decidió no volver a interpretar a Escobar, un papel que describe como una carga emocional enorme.

"Este personaje trae implícita cierta responsabilidad, independientemente de que ciertos espectadores hayan tomado la decisión de transformar la serie en su comedia favorita”, comentó en sus redes sociales, refiriéndose a aquellos que, de manera irónica, adoptaron frases de Escobar como si se tratara de un personaje de ficción, como el ‘Chapulín Colorado’. Para Parra, la historia de Escobar no es un juego, y su representación en la pantalla es un recordatorio del sufrimiento que vivió Colombia durante los años más oscuros del narcotráfico.

A pesar de haber dado vida a uno de los personajes más difíciles de la televisión, el caleño sigue adelante con su carrera, llevando consigo las experiencias que le dejó ‘Escobar, el patrón del mal’, tanto las visibles como las ocultas.

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