"En la vida me enseñaron que hay que trabajar duro, que nada es fácil”. Bajo esa premisa, Jhon Hernández apunta, todos los días de su vida, a ser un mejor deportista montado sobre una silla de ruedas, aquella que al mezclarse con el deporte de la pelota naranja  le dio una motivación para luchar desde sus quince años. 

Hernández es uno de los tres deportista cucuteños (María Camila Osorio y Jhoan Vargas) que estará en Tokio 2020 representando los colores rojinegros en el baloncesto en silla de ruedas, un deporte que inició a practicarlo hace 13 años y del que hoy agradece haberle entregado todo. 

“Fue tocar la silla, el balón y enamorarme. El deporte me ayudó a salir de mi discapacidad, me hace sentir vivo, en él encontré cosas buenas. A parte de mi familia, el baloncesto fue el que me dio todo”, afirmó Jhon en diálogo con La Opinión. 

A sus 28 años, el cucuteño vivirá su segunda experiencia Paralímpica tras haber participado en Londres 2012. 

“En 2011 hubo una preselección en Bogotá para ir a los Parapanamericanos de Guadalajara en la que buscaban a un jugador para completar el equipo. Era mi ilusión estar en la Selección, luché por ese cupo, confiaron en mí, me fue bien en México (ganamos plata) y ahí empezó mi carrera profesional”, recordó el jugador quien vistió la camiseta de la Selección por primera vez a sus 19 años. 

Y es que, en los pocos minutos que tuvo en los Juegos en Inglaterra, un ojeador lo vio y le ofreció irse a jugar al baloncesto español. 

“Era difícil jugar en la Selección pero sumé minutos, lo hice bien. Tengo buen movimiento de silla  y eso captó al ojeador de España. Me llevó a un equipo de Zaragoza de la categoría B en el que estuve dos años y medio”, contó Hernández quien antes entrenaba con la Liga de Norte y a diario partía de su casa en el barrio El Salado, montado en la silla, rumbo a las instalaciones del Sena. 

 Su aventura en España lo ha llevado a jugar en el equipo de Canarias, el Amiab de Albacete (con el que fue campeón), el Bidaideak de Bilbao (sumó un título de Liga) y desde la próxima temporada lo hará con el Mideba de Extremadura. 

Tokio a comparación de Londres 

Con toda una carrera internacional, a sus 28 años, Hernández pondrá todo de sí para superar su otra actuación Paralímpica, en la que fue eliminado en la primera ronda junto a la Selección. 

“En Londres era un niño de 20 años que no sabía la magnitud de lo que me enfrentaba. En este momento lo que más quiero es jugar contra los grandes, que es lo que me gusta. Esperamos que en estos torneos la suerte esté de nuestro lado y con la ayuda de Dios clasificarnos entre los 8 mejores”, dijo el deportista de 1.75m de estatura. 

Colombia comparte grupo con Canadá, España, Turquía, Japón y Corea del Sur. Los cafeteros son dirigidos por la española Ana Cardozo, en un campeonato que iniciará el 26 de agosto. 
Hernández compartirá equipo con Raúl Vega, Andrés Flórez, Guillermo Álzate, Jhoan Vargas, Joimar Granados, José Leep, Juan Escobar, Daniel Díaz, Nelson Sanz, Héctor Garcés, Julián Jurado y Rodrigo Pérez. 

“Tenemos talento y hay que creerlo. Es difícil y frustrante llegar algunos de nosotros desde España y exigirles a los muchachos de acá. Ellos llevan un año parados por la pandemia. Tenemos calidad de silla y va a estar sabroso, tenemos altura, nos beneficiamos de ello”, comentó el jugador que luce el dorsal 26 o en algunas ocasiones el 19.

En su piel ya está marcado con tinta un tatuaje dedicado al evento, junto a la frase “Lo que parece imposible, a veces tarda un poco”.

“Nosotros ganamos el cupo en los Parapanamericanos de Lima en 2019. No pensé que lo íbamos a lograr, derrotamos a México, Brasil y a la favorita Argentina. Y ahora nosotros estamos en Tokio, donde daremos todo para aprovechar la oportunidad”, comentó. 

Hernández es conocido en la cancha como un hombre de disciplina y con ella espera estar en el mundial de Dubái el próximo año y en los Juegos de París, en 2024. 

“Siempre he trabajado mirando a los grandes para mejorar. Le debo todo a mi familia que me inculcó desde muy niño lo importante que es el trabajo. Vivo por mi esposa y mi hija, y mi madre y mi hermano que dependen de mí”, expresó el rojinegro que ahora está al servicio de la Liga del Valle. 

De Norte a Valle 

Previo al inicio de los Juegos, a Jhon no se le tuvo  en cuenta por las autoridades locales en los gestos como entrega de bandera, y no se le nombró como cucuteño en ningún de los actos. 

“Desde 2012, cuando clasifiqué a Londres, no recibí ningún apoyo desde Cúcuta. Pareciera que no fuera su deportista y desde ahí me sentí mucho con los entes,  fue muy triste”, confesó el jugador que desde 2020 presta sus servicios a la Liga de Valle del Cauca. 

Hernández cree que una de las rupturas con la Liga se dio porque no pudo asistir a los Juegos Paranacionales de Ibagué en 2015 por compromisos con su equipo, aunque continuó representando los colores rojinegros.

“No me apoyaron, ni me trataron bien. Fuimos a los Juegos de Bolívar en 2019, quedamos campeones pero sentí la necesidad de irme. Soy muy de mi grupo, de trabajar, soy muy cucuteño, me costó pero era el momento de un cambio”, dijo Jhon quien tiene un rol de formador en el equipo de Valle. 

“El cuidado es diferente. Me ayudan económicamente, te sientes bien, te sientes valorado y eso es bueno. Yo sé que en este momento no soy de Norte pero soy cucuteño, nací aquí y eso no lo ven”, reclamó el jugador. 

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