El pasado miércoles, a las 10:30 de la noche, dos hermanos llegaron angustiados a la estación de Policía de El Zulia, afirmando que habían logrado escaparse de un secuestro orquestado por presuntos miembros del Ejército de Liberación Nacional (Eln), quienes, según su relato, los habrían retenido con la intención de asesinarlos.

La impactante declaración generó de inmediato preocupación entre las autoridades, que rápidamente notificaron a las unidades del Gaula de la Policía para tomar acciones sobre el supuesto secuestro.

Según lo narrado por las víctimas, un grupo de ocho personas, movilizándose en siete motocicletas, irrumpió en su vivienda, ubicada en el barrio Monteverde, del corregimiento Banco de Arena, a la 1:30 de la tarde.

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Los hombres aseguraron que fueron obligados a subir a las motos y trasladados hasta una casa en el sector La Punta, también en ese corregimiento.

Una vez en el lugar, afirmaron que fueron atados con cuerdas y esposados, mientras sus captores les decían que los iban a matar porque los consideraban una amenaza, acusándolos de pertenecer al Clan del Golfo.

La situación parecía condenada, pero, según su versión, lograron escapar en un momento de descuido y caminaron durante siete horas hasta llegar de nuevo a su casa. Allí tomaron una motocicleta y se dirigieron de inmediato a la estación de Policía en busca de ayuda.

Con esta denuncia, las alarmas se encendieron, y tanto la policía judicial como las unidades del Gaula se movilizaron al lugar para iniciar las investigaciones y verificar lo sucedido.

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Sin embargo, una fuente judicial le informó a este medio de comunicación que el secuestro, tal como fue descrito, no habría ocurrido.

Aunque los dos hombres presentaban signos visibles de golpes y violencia en sus cuerpos, parece que los hechos podrían haber sido contados de otra manera, dejando abierta la posibilidad de que la situación sea más compleja de lo que inicialmente se pensó.

Lo que las autoridades conocieron preliminarmente es que uno de los hermanos habría sido simpatizante de los paramilitares en el pasado, una reputación que aún lo persigue en la zona.

Aunque actualmente se dedicaba a trabajar en una mina de carbón, desde hace aproximadamente dos meses había quedado sin empleo.

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Durante ese tiempo, lo habían visto frecuentando los alrededores, generando cierta incomodidad a presuntos miembros del Eln, quienes ya le habían advertido que debía abandonar el lugar para evitar consecuencias.

Pero el hombre no hizo caso a las advertencias y fue entonces cuando la situación escaló.

Según la fuente, un grupo de individuos llegó hasta la vivienda donde estaba con su hermano, y tras irrumpir en el lugar, los golpearon repetidamente, lo que parecía ser una clara advertencia de que debían abandonar la zona cuanto antes.

Posterior de la agresión, las víctimas huyeron del lugar y buscaron ayuda por parte de las autoridades.

“En este caso no hubo un secuestro ni una retención ilegal. Aquí sí estaríamos hablando es de un desplazamiento forzado”, concluyó la fuente judicial.

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