El recrudecimiento del conflicto armado y la violencia  en el Catatumbo se agudizó el pasado 15 de enero, con la guerra territorial entre la disidencia de las Farc y el Eln en las zonas rurales y urbanas de varios municipios que conforman dicha subregión.

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En ese sentido, decenas de civiles han quedado en medio del fuego cruzado, lo que ha generado inquietud entre la ciudadanía, más aún por el uso de drones, entre ambos bandos armados, que han dejado caer cargas explosivas en zonas de civiles, militares o policiales, dejado, a la fecha, varios heridos y dos muertos. Un estilo de guerra que poco conocían, ni sabían de sus efectos colaterales.     

En ese sentido, la Policía de Norte de Santander (Denor) ha venido implementando una nueva táctica en la zona del Catatumbo, principalmente en el municipio de Tibú, con este mismo tipo de aparatos aéreos, pero destinados, por el contrario, a la  seguridad de las comunidades.  

Se trata del apoyo con drones y equipos Siarth para mejorar la seguridad con vigilancia aérea, además de ayudar a prevenir y combatir actividades delictivas.

Estos drones y equipamiento tecnológico, según la Denor, fueron parte de una donación de la Gobernación de Norte de Santander a mediados del 2024, con el objetivo de que se utilizara con fines de seguridad.

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Una decena volando 

A la fecha, 10 drones se encuentran a disposición de la Policía, para realizar continuas jornadas de patrullaje en las zonas rurales y urbanas de dicho municipio.

“El objetivo principal es garantizar la seguridad de los habitantes de Tibú y promover una convivencia pacífica”, precisó el coronel Daniel Monsalve, comandante del Distrito de Policía Número 4 del municipio petrolero.

Los drones se encuentran equipados con cámaras de alta resolución y visión nocturna que permiten una vigilancia constante y detallada de áreas estratégicas o sectores focalizados, una autonomía de vuelo entre 35 y 40 minutos.

Estas naves de vuelo no tripuladas también tienen un alcance de cinco a ocho kilómetros de altitud, con la finalidad de que no sean detectados por los grupos al margen de la ley.

También se pueden hacer seguimientos a grandes distancias con cámaras y videos de alta resolución de estos equipos, facilitando las acciones de inteligencia en muchas ocasiones.

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Los resultados

La efectividad de estos vuelos se ha visto reflejada en una serie de operativos contra la delincuencia donde se emplearon las naves no tripuladas para capturar a presuntos integrantes de estructuras delincuenciales.

El caso más importante quizás fue la detención de alias la Gaita, presunto integrante de la red de apoyo al terrorismo del frente 33 de las Farc, mediante una diligencia de allanamiento y registro en la vereda Llano de los Trigos, en Ocaña.

Del mismo modo, se efectuó el apoyo de una incautación de un material de grupos ilegales por parte del personal policial en tierra, así como otras operaciones al mando de las autoridades policiales.

Para el casco urbano y la seguridad ciudadana, los drones han sido utilizados para prevenir el hurto de vehículos, motocicletas, seguimientos a personas que se perfilen como integrantes de estos grupos armados al margen de la ley o colaboradores de los mismos.

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Fuego contra fuego

Esta nueva estrategia también es una respuesta a la nueva modalidad de dichos grupos insurgentes, que con drones cargados con explosivos han incluso causado la muerte de un soldado profesional en Teorama, en marzo de este año y a un civil.  

Para esas fechas, además del ataque a las tropas del Batallón de Despliegue Rápido Número 9, también se cometieron dos hostigamientos a las estaciones de Policía de El Tarra y Las Mercedes, corregimiento de Sardinata.

Frente a esto, “hemos tenido información de que hay un dron en el aire, pues inmediatamente el operador que tenemos allá o los operadores también alzan el vuelo de nuestros equipos con el fin de ubicar ese posible dron”, concluyó una fuente judicial.

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