Varias patrullas y motocicletas de la Policía llegaron el atardecer del sábado hasta el Policlínico de Atalaya luego de conocer que en un taxi habían traído a una persona asesinada a disparos.
La víctima tenía tres impactos de bala, en el abdomen, un dedo y un brazo, además pudieron establecer que se llamaba Brandon Steven Pineda Flórez y que trabajaba en una fundación adscrita a la Alcaldía de Cúcuta.
Pero cuando los uniformados se acercaron a ver qué había pasado, solo encontraron el cadáver sobre una camilla, quién lo trajo y el vehículo en el que se movilizaban, no estaban por ahí.
Para los policías fue sospechoso que el chofer del taxi, de placas WHT-885, que, según testigos, tenía unos impactos de bala en la puerta y el vidrio del conductor, se habían retirado del lugar, por eso decidieron revisar las cámaras de seguridad y fue así como lograr tener más detalles.
Encontrar y conocer la versión de los hechos del hombre que manejaba el taxi era una prioridad para los investigadores judiciales, quienes iniciaron la búsqueda por los barrios cercanos a ese centro asistencial.
Encontraron al chofer
Luego de varios minutos, las autoridades encontraron el taxi parqueado en el barrio Doña Nidia, el conductor estaba en una vivienda, salió y fue entrevistado por los investigadores, quienes trataban de tener más detalles del asesinato de Brandon Pineda y por qué él huyó luego de dejarlo en el Policlínico.
“Nosotros encontramos el taxi porque estaba baleado y las sillas tenían sangre. Estaba parqueado frente a una vivienda de donde salió el chofer, quien estaba en alto estado de embriaguez”, contó una fuente judicial.
Luego de conocer pocos detalles de lo sucedido, los investigadores se trasladaron hasta un punto del barrio Atalaya Primera Etapa, donde algunas personas les dijeron que habían visto cuando dos desconocidos a bordo de una motocicleta le dispararon al conductor del taxi –que sería Brandon- y luego huyeron.
“Nosotros escuchamos varios disparos y salimos a ver y estaba el taxi frenado en la esquina, en cuestión de segundos el carro volvió a andar”, añadió.
Las autoridades conocieron que quien iba conduciendo el vehículo sería Brandon Pineda y que luego del ataque, el copiloto lo movió de silla y que se pasó a conducir.
Un dolor muy grande
En Doña Nidia, ayer, la familia de Brandon Steven esperaba el cuerpo de su ser querido para velarlo y verlo por última vez. En medio de lágrimas, lo recuerdan como un joven amable, amoroso y dedicado a trabajar.
Les piden a las autoridades que avancen en las investigaciones para dar con los responsables del lamentable hecho.
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