Tristes, cansados y con muchas preguntas están los familiares de Jackson Enrique Arriaga Parra, que el atardecer del sábado llegaron a Cúcuta con una única misión, reclamar su cadáver en Medicina Legal y llevárselo para el sector Las Virtudes, del municipio Tulio Febres Cordero, del estado Mérida, en Venezuela.

Parados afuera de la morgue de Medicina Legal, que ahora queda en el Cementerio Central, dos tíos y su mamá, esperaban a que el instituto forense les abriera el portón negro para que la carroza de la funeraria San Miguel, de Tibú, entrara a retirar el cuerpo.

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Y mientras que esto pasaba, una tía de Jackson Enrique aprovechó para hablar con La Opinión y contar que su sobrino de 23 años no era una persona mala ni un delincuente como han dicho por redes sociales.

“Él se vino para Colombia a buscar una oportunidad de trabajo. Eso que se ven en los videos no sabemos por qué fue. A mi sobrino no le dieron la oportunidad de contar por qué lo estaba haciendo. Mataron a dos niños que no sabían lo que hacían”, sostuvo la mujer.

A Jackson Arriaga y un niño de 15 años, de la etnia wayúu, que fueron sorprendidos, presuntamente, robando en un local de ropa de Tibú, los mataron el pasado viernes 8 de octubre, supuestos miembros de la disidencia del frente 33 de las Farc.

La triste historia paso luego de que algunos habitantes, comerciantes y mototaxistas de esa población del Catatumbo agarraron a los dos muchachos y los alistaban para pasearlos por la zona céntrica de ese municipio, que está a menos de tres horas de Cúcuta, con las manos amarradas y con carteles que decían "ladrones", como una forma de castigo, antes de entregarlos a las autoridades, pero en ese momento llegaron los dos hombres armados y se los llevaron a la fuerza, minutos más tarde los asesinaron en el sector Barrio Largo, en la vía a El Tarra.

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Desde el mismo instante en que se conoció el dramático hecho, las voces de rechazo no se hicieron esperar por parte de las organizaciones de derechos humanos y del mismo gobierno de Venezuela, de donde son oriundas las dos víctimas.

Además, las autoridades colombianas organizaron un grupo de investigadores para establecer quiénes están detrás de este suceso, pero después de nueve días no se conoce algún resultado de las indagaciones.

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