En medio del torbellino político que vive Estados Unidos por cuenta de las redadas del ICE y el endurecimiento de las políticas migratorias, una voz inesperada ha irrumpido en el debate: la de Shakira. La superestrella colombiana, ícono del pop global, ha dejado claro que, más allá de los escenarios y las luces, su mirada está puesta en quienes caminan con miedo en las sombras del sistema migratorio.
Durante una entrevista reciente con la BBC, y mientras avanza su gira mundial Las Mujeres Ya No Lloran World Tour, Shakira fue contundente: “Ser inmigrante en Estados Unidos significa vivir con miedo constante, y es doloroso verlo.”
La frase resonó como una sacudida en medio de titulares sobre deportaciones, detenciones arbitrarias y vigilancia intensiva. No se trataba solo de una artista hablando de política: era una mujer que conoce de primera mano lo que significa dejar todo atrás y abrirse camino en un país que, hoy, vuelve a cerrar puertas.
¿Qué dice Shakira sobre el tema migratorio en Estados Unidos?
A sus 48 años, Shakira no olvida su propio recorrido. Recordó cómo llegó a Miami con apenas 19, armada de sueños, cuadernos y libros de poesía. Aprendió inglés leyendo a Leonard Cohen, Walt Whitman y Bob Dylan, y poco a poco fue construyendo una carrera que la llevó a llenar estadios y convertirse en referente mundial de la música latina.
Pero esa historia, de ascenso y conquista, no le impide ver las barreras que hoy enfrentan millones de personas migrantes. “Ahora, más que nunca, debemos mantenernos unidos”, dijo. “Y alzar la voz para dejar muy claro que un país puede cambiar sus políticas, pero el trato a las personas debe seguir siendo humano”.
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Las declaraciones de la cantante llegan en un momento crítico. El gobierno federal ha intensificado sus redadas migratorias, generando pánico en muchas ciudades, especialmente en comunidades latinas. En Los Ángeles, se han registrado protestas y movilizaciones que derivaron incluso en la presencia de la Guardia Nacional.
En ese contexto, Shakira decidió cancelar su concierto en esa ciudad, previsto para el 20 de junio. En un comunicado, explicó que “el ambiente de tensión y represión migratoria volvía inviable el evento”. Y remató con una frase que ya circula como consigna:
“El respeto por los derechos humanos debe estar por encima de la música”.
No es la primera vez que Shakira da un paso al frente. Durante la ceremonia de los Grammy 2025, al recibir el galardón por Las Mujeres Ya No Lloran, dedicó el premio a los migrantes en EE. UU.
“A nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, que son el alma de este país.”
La artista ha defendido causas sociales durante toda su carrera, desde la educación infantil con su Fundación Pies Descalzos hasta la promoción de la cultura latina, pero esta vez su postura tiene un nuevo matiz: el de la urgencia política.
Shakira no solo genera likes y titulares. Su influencia se extiende a millones de seguidores que la ven como algo más que una figura del entretenimiento: como una voz con autoridad moral. Al compartir su experiencia personal como inmigrante, conecta con la emoción y el temor de muchos que hoy temen salir a la calle, asistir a una audiencia, o incluso llevar a sus hijos al colegio.
Su intervención no resuelve el problema, pero lo visibiliza. Lo humaniza. Lo pone sobre la mesa en un lenguaje que trasciende los tecnicismos legales.
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