

Desde 1950 se instituyó el Día del Maestro en Colombia, cada 15 de mayo, siendo una fecha que nos tiene que llevar a repensar la educación en el país, en estos tiempos en que vivimos el surgimiento de la Inteligencia Artificial, la influencia de las redes sociales y persisten muchos antiguos problemas cuyas cadenas todavía producen ruido.
El Ministerio de Educación reveló que en Colombia hay 315.944 cargos docentes y directivos docentes vinculados en planta permanente, 8.148 en plantas temporales que apoyan otras entidades gubernamentales, donde un 65% son mujeres y 6.206 lideran diferentes procesos enfocados en Ela educación. En las instituciones de educación superior se registran 164.734 maestros, tanto en universidades públicas como privadas.
En el caso de Norte de Santander no podemos dejar de tocar al conflicto armado que genera peligrosos riesgos sobre la labor de enseñar, al entorpecerla, amenazarla, aislarla o prohibirla mediante sus diversos métodos armados hostiles.
El Catatumbo es el ejemplo de esta delicada situación que se materializa en el reclutamiento forzado de menores de edad por parte de los grupos armados organizados, violándoles sus derechos humanos, entre ellos el de la educación, aparte de generar un ambiente tenso para los educadores de esta subregión.
Por lo tanto, la misión educativa tiene a la violencia y la inseguridad entre los problemas estructurales que la vienen aquejando desde hace décadas.
Y ni hablar de la salud. El servicio de atención médico-asistencial para los educadores del sector público atraviesa por diversos inconvenientes que deben ser urgentemente superados.
Sin embargo, en las cuestiones propias de la pedagogía, medidas en los resultados obtenidos por los estudiantes en diversas pruebas evaluativas, señalan que es necesario reforzar, mejorar, reestructurar o cambiar diversos aspectos del modelo educativo aplicado en el país.
Hay un asunto detectado a mediados del año pasado en las Pruebas Pisa que evaluaron, en esa oportunidad, por primera vez, las habilidades de pensamiento creativo de los jóvenes de 15 años en el mundo. Colombia se situó en el puesto 28 entre 64 países, con una puntuación por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).
Esa valoración, en la que no nos fue muy bien, mide la capacidad de los estudiantes para generar, evaluar y mejorar ideas en cuatro áreas diferentes: la escritura creativa, la expresión visual y la resolución de problemas científicos y sociales.
Sin ir tan lejos, ahí está un fundamento para empezar los cambios en el método de enseñanza, porque no necesitamos alumnos que aprendan todo de memoria sino que alcancen el pensamiento crítico, recibiendo una educación para pensar y no para repetir.
Luego hay mucho por hacer y esa tiene que ser parte de la celebración de este día tan especial, puesto que es necesario ir trazando metas para obtener la transformación esperada en las diferentes asignaturas que componen el esquema educativo colombiano.
En ese repensar de las aulas habrá que cambiar las maneras en la formación académica y tener el análisis como aspecto transversal para que en todos los cursos y áreas siempre esté ahí presente y de esa manera llegar a alcanzar una enseñanza crítica y abierta.
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