1. ¿Alguna vez ha sentido que su pareja le controla sus ingresos?
2. ¿Cuándo recibe el pago de su salario tiene que entregárselo?
3. ¿Le exige cuentas de cada cosa que compra o en la que invierte?
4. ¿Tiene que pedir autorización para hacer algún gasto personal?
5. ¿Con frecuencia le hacen sentir que no tiene derecho a saber los detalles de cómo se administra el dinero en el hogar?
6. ¿Le exigen hacer ciertas tareas de la casa a cambio de obtener algún dinero?
Si al hacer este test usted respondió más de una pregunta de manera afirmativa, preste atención, pues puede estar siendo víctima de violencia económica o violencia financiera. Sí, así como suena.
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Según ONU Mujeres, este tipo de violencia consiste en intentar volver dependiente financieramente a otra persona, “manteniendo para ello un control total sobre sus recursos financieros, impidiéndole acceder a ellos y prohibiéndole trabajar o asistir a la escuela”.
Womenslaw.org, una página web dedicada a proveer información legal específica para los y las sobrevivientes de violencia doméstica, señala que, si a usted le restringen recursos físicos como comida, ropa, medicamentos, amparo, si lo fuerzan a liquidar, vender u otorgar poder sobre todos sus bienes financieros y el patrimonio con el que cuenta, y le fuerzan a dar un poder notarial para que su pareja pueda firmar documentos legales, también lo están sometiendo a violencia económica o financiera.
Una investigación adelantada recientemente por el Ministerio de Justicia sobre este tipo de afectación en Riohacha, Buenaventura y Cartagena concluyó que la inasistencia alimentaria como una forma abuso económico, es una de las manifestaciones más recurrentes en estas zonas del país. Sin duda, el panorama es similar en otras regiones como Norte de Santander.
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Y si bien es mucho más usual que estas acciones sean ejercidas contra las mujeres, también se han conocido casos en los que las víctimas son hombres.
“A través de los años, las mujeres han sido víctimas de este fenómeno con mayor frecuencia por la cultura machista latina, pero en el cambio de roles de proveedor y en el nivel de ingreso, hoy día hay hombres que también están viviendo esta situación”, explicó Irina del Mar Nieto, Líder del programa de finanzas personales de Financiera Progressa, una cooperativa que le apuesta a la educación financiera y que le ha venido poniendo la lupa al tema.
Una afectación de la que se habla poco
Para muchas organizaciones y expertos, hasta el momento es poco lo que se habla de la violencia económica, puesto que tiende a camuflarse o arroparse con el rótulo de la violencia psicológica. De ahí que las cifras al respecto sean escasas.
Irina Nieto, quien es máster en Economía de la Conducta, explicó que la ausencia de datos puntuales sobre los casos de abuso financiero en el mundo tiene que ver, principalmente, con la falta de denuncias de las víctimas.
No obstante, contó que organizaciones como la Red Nacional para Acabar con el Abuso Doméstico, calcula que la represión financiera ocurre en el 98% de los casos en los que hay violencia verbal y física en la pareja.
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Una investigación hecha por la Red Latinoamericana de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes, periodistas aliadas de Chicas Poderosas y periodistas independientes en 19 países de América Latina y el Caribe y que se denominó ‘Violentadas en cuarentena’, reportó que, según los datos oficiales, entre el 25 de marzo y el 31 de julio de 2020, en pleno auge de la pandemia por el coronavirus, en Colombia se registraron al menos 152 llamadas por violencia patrimonial y económica a la línea 123 y otras 1.616 a la Línea Púrpura.
“En Colombia, la Ley 1257 de 2008 contempla el daño patrimonial y la violencia económica, esta última entendida como “cualquier acción u omisión orientada al abuso económico, el control abusivo de las finanzas, recompensas o castigos monetarios a las mujeres por razón de su condición social, económica o política”’, señala la investigación.
Sin embargo, a pesar de existir esta legislación, el Ministerio de Justicia reconoce que este tipo de violencia, por ir acompañada, por lo general, de agresiones físicas, sexuales o psicológicas, termina invisibilizada.
“Estas últimas violencias son más fáciles de probar ante un juez y terminan invisibilizando la económica o patrimonial, que en muchos casos queda reducida a un argumento probatorio, en donde además la carga de la prueba recae sobre las víctimas”, asegura.
Algunos datos importantes
De acuerdo con el programa de educación financiera de la Financiera Progressa, ‘The Big Woman’, una investigación exploratoria de finanzas conductuales adelantada durante el primer semestre del 2021 en Colombia y en la que participaron más de 300 mujeres de las principales ciudades, mayores de 18 años, arrojó datos como los siguientes:
-Sin importar la edad, un 41% de las mujeres consultadas prefiere a su pareja para hablar de sus proyectos financieros, el 15% a los amigos y al 16% no le gusta hablar de dinero.
-Sin importar el nivel educativo o estrato socio económico, el 57% de las mujeres participantes estuvo en el rango “Baby Big Woman”, siendo este el nivel más bajo de competencia en la administración del dinero, ratificando la necesidad de incrementar la educación financiera.
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-Hay un gran interés por parte de las encuestadas en hacer parte de programas de asesoría financiera, 71%.
“De esto se concluye que aún hay un gran trabajo por realizar en educación financiera a las mujeres y, paralelamente, fortaleciendo su red de apoyo, a futuro se disminuirán las situaciones que las hagan vulnerables económicamente y que pueden propiciar el maltrato financiero”, considera Irina del Mar Nieto.
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La Oficina para la Salud de la Mujer (OWH) que hace parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. indica que la violencia financiera suele ocurrir en relaciones abusivas físicamente, aunque también se presenta en ancianos, por parte de familiares, cuidadores o amigos.
Asegura que, por lo general, el abuso financiero es sutil y gradual, y en esa medida puede ser difícil de reconocer, pero que una vez logre identificar algunas actitudes que le permitan inferir que está siendo víctima de este abuso es necesario:
-Mantener la información personal segura.
- No firmar de manera conjunta un préstamo o un contrato financiero con el abusador.
- Obtener un informe de crédito, pues así podrá identificar si se abrieron cuentas con su nombre.
-Proteger sus créditos y hacer rastreo a sus cuentas.
-Ahorrar dinero sin que la otra persona lo sepa.
Los expertos recomiendan, igualmente, que si siente que está siendo afectado o afectada por un hecho de violencia financiera debe buscar apoyo y visibilizar el problema, así como tratar de acudir a los espacios de denuncia, que en el caso de Colombia es la 155.
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